Lucas Mondelo, el hombre que sabe escuchar, ha nacido en Barcelona, pero se dice hijo de la inmigración, ya que su madre es de Valdeorras y él ha pasado muchos veranos por nuestra comarca, tantos, que ya se siente valdeorrés.
Hablando con Lucas te das cuenta muy rápido de que es un hombre sabio. Como él mismo dice “un hombre que sabe adaptarse”. Lo ha ganado todo y, aunque haciendo gala de humildad afirma que también le toca perder de vez en cuando, admite que ahora, en un “estado antinatural de las cosas” gana mucho y espera que siga siendo así durante un tiempo.
Para el entrenador de la selección femenina absoluta es un privilegio poder vivir de su pasión. Nos cuenta que comenzó a jugar en su colegio, en Barcelona, y que en vacaciones, cuando venía al Barco de Valdeorras, se entretenía jugando en una pista descubierta que estaba situada donde el malecón o, en su defecto, en el pabellón viejo que aún conservamos.
Confiesa que la transición de la pista al banquillo fue un proceso largo. Ya como jugador hizo sus pinitos entrenando a niños pequeños. Admite que no jugaba mal, pero que tampoco lo suficientemente bien como para vivir de ello, entonces, en su etapa de juvenil decidió dejar un poco de lado su perfil de jugador de baloncesto y dedicarse a los estudios. Para seguir vinculado a su deporte favorito abogó por el banquillo.
Entre carcajadas relata una anécdota, con la que quiere dejar claro que él no era para nada un genio entrenando desde el principio. Para mejorar, dice, hay que “entrenar, ver muchos entrenos, asistir a muchas charlas…se aprende de ver y escuchar”. La clave de su éxito, como comentamos anteriormente, es su capacidad de adaptación y de escuchar para, de este modo, poder comunicarse con los jugadores y que crean en él.
De su bagaje internacional nos cuenta que es importante comprender la idiosincrasia de cada país. No es lo mismo vivir en Rusia que vivir en China y del mismo modo no es lo mismo entrenar a equipos de uno o de otro país. Hay que saber combinar las costumbres y el estilo de vida de los diferentes lugares, con la forma particular que tiene cada uno de ver el baloncesto, y esto es algo que Lucas hace muy bien tal y como vemos en su curriculum (tres anillos de la liga china, una Eurocopa en Rusia…).
También hemos averiguado por qué actualmente solo entrena a equipos femeninos. Dice que fue una casualidad. Tuvo que cubrir la baja de una entrenadora del equipo junior de Hospitalet durante una fase de ascenso. Tras ascender, continuó con ese equipo e hizo una buena campaña, llamando la atención de equipos mejores, y a partir de ahí fue ascendiendo, sin desvincularse del femenino.
Para finalizar, deja un consejo a los nuevos entrenadores: “en una sociedad competitiva como la que tenemos hoy en día es importante ayudar a los niños a mejorar y hacerles disfrutar del baloncesto. Ganar importa, pero según qué edad, importa más o menos. Hay que conjugar el aprendizaje con la competición”.
