jueves. 30.11.2023
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El «síndrome de la hamaca» o no saber desconectar del trabajo en vacaciones

Pensar en vacaciones no siempre va acompañado de relajación y mejora de la salud. Esto ocurre cuando el nivel de estrés es tan alto que no podemos desconectar; es lo que llamamos síndrome de la hamaca, que en muchos casos se desarrolla cuando pasamos bruscamente de un estado de tensión a un estado de relajación. El cerebro necesita tiempo para pasar del estrés a la relajación. Hoy Iria Fernández, del Centro de Psicología Resiliencia, nos cuenta qué es y como superarlo.

Ante cualquier cambio, el ser humano requiere un período de adaptación. Necesitamos entre uno y cuatro días para realizar esta transición. Y en este espacio de tiempo, resulta fundamental permitirnos descomprimir el cansancio y las emociones acumuladas durante el resto del año.

A lo largo del año, la rutina laboral se convierte en una red de soporte vital que da pautas sobre cómo ordenar tu tiempo y sirve de ayuda para olvidar otras preocupaciones. Pero a la vez conlleva un lado negativo.

Síntomas

  • Irritabilidad
  • Desorientación
  • Ansiedad
  • Insomnio
  • Dolores de cabeza
  • Sentimientos de insatisfacción
  • Sensación de vacío
  • Tristeza constante

Pensamientos precipitantes

  • Soy imprescindible en mi trabajo: estos trabajadores piensan que, durante su ausencia, las cosas pueden complicarse en su trabajo.
  • Sentirse libre en el trabajo: A estas personas no estar en su puesto de trabajo les provoca ansiedad... y de esa ansiedad tan sólo les puede liberar el trabajo.
  • Mejor en el trabajo que en casa: hay quien se refugia en el trabajo porque tienen problemas con la familia y, por lo tanto, tienden a pensar que es en el trabajo donde mejor están.
  • Desorientados: causa una sensación de desorientación y vacío
  • Sensación de control y poder

Prevenirlo en el día a día

  • Cultivando actividades que nos permitan organizarnos mejor y canalizar los excesos de nuestro día a día.
  • Aprender a gestionar de forma más eficiente nuestro tiempo y nuestros pensamientos.
  • Dedicar tiempo y espacio a reflexionar y planificar nuestra agenda, de manera que atendamos nuestras responsabilidades profesionales y personales.
  • Detenernos a valorar y reordenar nuestras prioridades y objetivos.
  • Dejar huecos en nuestra agenda para dedicar a actividades que nos ayuden a recargarnos de energía.
  • Tomar perspectiva para poder parar y observar antes de actuar. De este modo, podremos comenzar a responder de forma eficiente en vez de actuar de manera reactiva e impulsiva.
  • Conectar con el momento presente para poder observar la realidad de forma más objetiva, lo que evita que nos proyectemos constantemente en el futuro.

Prevenirlo en vacaciones

  • Reparte tus vacaciones en períodos cortos de 15 días.
  • Deja uno o dos días para amoldarte a los cambios, tanto antes de irte de vacaciones como a la hora de volver a incorporarte al trabajo.
  • Intenta centrarte en los planes de ocio y descanso, y evita tener presentes ciertos estímulos que te hagan pensar en tu vida laboral o rutina diaria.
  • Deja de lado los horarios rígidos. Se más flexible. Haz lo que te apetezca realmente hacer.
  • Olvídate de los aparatos electrónicos y descansa tu mente.
  • Termina todas las tareas que tengas pendientes antes de marcharte para poder descansar.

 

El «síndrome de la hamaca» o no saber desconectar del trabajo en vacaciones