La tarde del jueves encendió todas las alarmas en Valdeorras. El fuego, que desde hace días devora monte y cultivos en el oriente ourensano, obligó a desalojar a última hora a los vecinos de Mones, en Petín. El humo denso y la proximidad de las llamas hicieron imposible seguir en casa.
La mayoría son personas mayores; algunos se refugiaron en casas de familiares, pero 35 pasaron la noche en el pabellón de A Rúa, donde también se aloja la Unidad Militar de Emergencias (UME). El concello rués asumió su manutención. En la mañana del viernes volvieron a sus hogares. Los servicios de extinción de incendios realizaron cortafuegos que impideron que las llamas llegaran a las viviendas.
Este video cedido muestra, a vista de dron, la extensión del incendio
En Portomourisco, Carballal y O Seixo finalmente se tomó la decisión de no evacuar, aunque el fuego ha quemado monte y viñas. Estas fincas, símbolo de la comarca, han frenado en parte el avance, pero no todas han resistido. Y el golpe es doble con la vendimia prevista para finales de agosto o principios de septiembre. «Está toda rodeada, ardeu todo arredor… queda avaliar», explicaba un bodeguero sobre una plantación nueva en Portomourisco, mientras teme por cepas de más de diez años en Petín.
En Carballal, la tensión se vivía con la vista puesta en el viento. «Con nerviosismo y con incertidumbre, porque no sabemos qué va a pasar», relataba una vecina. «Estamos todos regando, pero no hay presión… y sin luz desde las cinco». El corte eléctrico se prolongó hasta las 22:00 horas.
La misma tarde, las llamas cruzaron como una bala el puente de Raspalloso, según algunos testigos y, en apenas minutos, subieron hacia Carballal, obligando a reforzar la vigilancia sobre varios puntos críticos, entre ellos un almacén con bombonas de butano, sobre el que descargaron avionetas y helicópteros.
En Larouco, las llamas han arrasado monte y viñedos en Seadur y Freixido y ya están en O Bolo, que ha suspendido las actividades de la III Feira Irmandiña. En este concello preocupa la localidad de O Seixo, porque la única carretera de acceso pueda quedar cortada, lo que la convertiría en una ratonera.
El fuego se detuvo a la entrada de Mones gracias a un contrafuego que impidió que las llamas continuaran su avance, tal y como relataba esta madrugada la alcaldesa de Petín, Raquel María Bautista quien agradeció la labor de los voluntarios y vecinos, así como la de los trabajadores del concello y, por supuesto, de los miembros de los servicios de emergencia. «A los vecinos de Carballal no fue necesario evacuarlos, aunque en Mones se decidió que bajaran a A Rúa; hay mucho humo y son personas mayores», explicó.
«O 90 % dos lumes son provocados»
Desde San Xoán de Río, el alcalde, Xosé Miguel Pérez, sigue con atención la evolución del gran incendio de Chandrexa de Queixa para evitar que cruce el río y entre en su concello. «Esta noite foi algo máis tranquila ca anterior, porque houbo menos vento e temperaturas máis baixas», explicaba. Los medios trabajan para perimetrar el fuego y evitar reactivaciones, aunque advierte de que la situación puede cambiar con el calor de las horas centrales. Sobre las causas, es contundente: «O 90 % dos lumes son provocados… agora o importante é apagar e que haxa os menos danos posibles».
Balance provincial
Según la Consellería do Medio Rural, el incendio de Larouco —que afecta a Petín y O Bolo— ha calcinado unas 800 hectáreas. Trabajan en la zona 5 técnicos, 15 agentes, 24 brigadas, 24 motobombas, 4 palas, 4 helicópteros y 2 aviones, además de la UME.
Los grandes incendios de la provincia —Chandrexa de Queixa y Manzaneda (11.000 ha), A Mezquita (8.000 ha), Oímbra y Monterrei (6.000 ha), Maceda (2.500 ha)— siguen activos, junto a varios en Vilardevós y Vilariño de Conso. La Situación 2 continúa en toda Ourense, lo que permite una movilización extraordinaria de medios.
Con varios frentes aún sin control, las próximas horas serán decisivas para evitar que el fuego siga ganando terreno a los montes.
