
El incendio del vertedero de Residuos No Peligrosos de A Rúa sigue activo trece días después de que un fuego forestal prendiera en la instalación. La alcaldesa, María González Albert, advierte de que mientras no se apague, los vecinos seguirán respirando ese humo nocivo para todos, pero con especial riesgo para una residencia la mayores situada a pocos metros y para los dos colegios del municipio, que reabrirán en menos de dos semanas.
«Estamos en nivel de mala calidade e é a xente máis vulnerable a que o sofre: maiores, nenos, persoas con enfermidades respiratorias ou cardíacas e tamén mulleres embarazadas. Eu mesma teño un neno pequeno e téñoo encerrado na casa», afirma.
González Albert subraya que no se discute la titularidad de la instalación, sino quién debe asumir la extinción. «O debate non é se o vertedoiro é municipal, iso xa está claro. O que hai que delimitar son as competencias, e neste caso son da Xunta, porque é quen as ten en incendios forestais», recalca, afirmando que el incnedio se originó por el incendio forestal que arrasó Valdeorras.
Para explicarlo, recurre a un ejemplo: «Se mañá arde o pavillón municipal, chamamos aos bombeiros do Consorcio. Ninguén diría: como é municipal, buscade vós a solución. Pois isto é o mesmo». Añade que en este caso, como los incendios forestales son competencia de la Xunta, son ellos quienes se tienen que hacer cargo.
La alcaldesa recuerda que la solución técnica está clara: «Hai que cubrir 1,4 hectáreas cun metro de zahorra. Iso son 14.000 metros cúbicos de material». En este sentido, reconoce la implicación primero de la UME y luego de la Diputación, que envió personal técnico el pasado domingo, pero comprobó que sus medios son insuficientes. «O técnico veu, viu a situación e comprendeu que era demasiado grande. Agradecemos a súa implicación, pero non chega. Ten que ser a Xunta quen actúe», sostiene y añade que hasta la fecha, ningún representante de la institución autonómica se ha puesto en contacto con ellos y pide, una vez más, que asuma sus competencias.
González Albert insiste, también, en que es la Xunta quien mide la calidad del aire y emite las alertas y las recomendaciones: «Son eles quen fan as medicións e quen avalían se é bo, regular ou malo». Según recuerda, los registros actuales confirman «un nivel de mala calidade» que además se ha visto agravada por el incendio de A Pobra do Brollón (Lugo). En cuanto a los componenetes del humo precisa: «non hai substancias canceríxenas nin amianto, porque se os houbera, a Xunta xa tería lanzado unha alerta», pero subraya que eso no resta peligrosidad a la situación.
«En trece días só veu o conselleiro de Emprego»
La alcaldesa relata que el único representante de la Xunta que ha visitado A Rúa en trece días ha sido el conselleiro de Emprego, el pasado miércoles, para acudir a la fábrica propietaria de los residuos del vertedero –que da empleo a cerca de 200 personas– y que vio afectada su porducción por el incendio. El motivo de la visita era interesarse por la situación y las necesidades de la misma.
Albert afirma que dada la situación acudió al centro y aprovechó para hablarle del humo y del vertedero. «Agradezo que viñera, pero tampouco se desprazou ao vertedoiro», señala, y afirma que pareció entender la situación y que espera que lo transmita a la Xunta «porque en trece días non veu ninguén máis».
Señala, además,, que en estos momentos la empresa tiene otro problema, ya que mientras el vertedero esté ardiendo, no tienen ningún lugar para arrojar los veridos que generan.
En cuanto al agua, González Albert indica que siguen con las restricciones por la mala calidad y que no sabe cuándo podrán levantar las restricciones. Explica que «o protocolo obriga a facer analíticas unha semana despois do incendio e manter controis durante tres meses». Reconoce que las primeras muestras podrían permitir el consumo de nuevo, pero no descarta que haya que volver a aplicarlas, sobre todo si comienza a llover «Pode pasar que levantemos as restriccións e logo teñamos que volver a poñelas, porque cando hai lumes tan agresivos as captacións en superficie sofren arrastres inevitables».
González Albert insiste en que el Concello ha actuado con lealtad institucional y sin partidismo desde el primer momento y que no han recibido lo mismo. «O que pedimos é que se nos trate como a calquera outro concello. Non se trata de quen berra máis forte, senón de asumir responsabilidades», recalca.Y lanza la pregunta sobre si el trato sería el mismo para concellos con otro gobierno.
Con la mirada puesta en el Consello da Xunta extraordinario que se celebrará en Ourense, González Albert lanza un mensaje claro: «Hai que actuar xa, porque os problemas non se resolven por si sós».