
Más de doce días lleva activo el incendio en el vertedero municipal de Residuos No Peligrosos de A Rúa, originado tras el fuego forestal de Seadur-Larouco. Casi dos semanas en las que la localidad se ha sentido sola frente a un problema que desborda sus posibilidades, con el humo y los gases extendiéndose día y noche por el municipio.
La alcaldesa, María González Albert (BNG) fue la primera en denunciar la situación, el 21 de agosto, hablando de «abandono absoluto» por parte de las administraciones. Dos días después, la tensión aumentó tras una nota de la Consellería de Medio Rural que subrayaba la titularidad municipal del vertedero. Desde el Concello se replicó que no se trata de un asunto competencial, sino de salud pública, y que la Xunta debía implicarse en la extinción.
El primer apoyo efectivo llegó el domingo 24 de agosto, cuando la Diputación de Ourense, a través de su presidente, Luis Menor, desplazó técnicos al vertedero para analizar un plan de sellado con inertes. Allí se constató la magnitud del trabajo: entre 11.000 y 14.000 metros cúbicos de tierra a mover —el equivalente a unos 1.200 camiones—, además de maquinaria pesada y equipos de protección específicos.
Desde el Concello se agradeció la implicación de la institución provincial, que fue la primera en dar un paso al frente. Una implicación que se atribuyó, en un comunicado, el presidente del Partido Popular en A Rúa, Avelino García Ferradal, dando cuenta de las gestiones realizadas ante la Diputación y trasladaba el malestar vecinal por la inhalación continua de humo, agradeciendo la respuesta «inmediata» de la institución provincial.

El 26 de agosto se sumó a la polémica el líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, que tras visitar la zona exigía al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que «deje de mirar para otro lado» y asuma sus competencias en emergencias y salud pública. Besteiro alertó de que la «despreocupación y abandono» del Gobierno gallego está poniendo en riesgo a A Rúa y a los concellos limítrofes, afectados por los gases. La teniente de alcalde, Ana Fernández (PSOE), subrayó la falta de medios municipales para una intervención que exige una movilización de recursos de otra escala.
En apenas unos días, lo que comenzó como un problema asumido en soledad por el Concello ha derivado en un escenario de reproches políticos y declaraciones cruzadas. Lo único que permanece constante es el incendio bajo tierra, que sigue activo en As Pedreiras mientras la población convive con su humo.