
Se trata de una novela histórica de Ildefonso falcones ubicada en la Barcelona del siglo XX
El pintor de Almas es el recomendado de esta semana, Isabel Gavela nos trae, además, el top cinco de los libros más vendidos en Librería Praxis:
- La huella del mal, de Manuel Rios
- El último barco, de Domingo Villar
- El pintor de almas, de Ildefonso Falcones
- Belleza Roja, de Arantza Portabales
- La sospecha de Sofía, de Paloma Sánchez Garnica
El pintor de almas, de Ildefonso Falcones
El escritor de esta novela es también el creador del BestSeller "La catedral del mar". En esta novela Falcones sitúa al lector a principios del siglo XX en Barcelona, cuando la ciudad que ya es una importante urbe, cosmopolita, con una gran masa de obreros explotados por la creciente burguesía, está cambiando su imagen.
En este momento está convirtiéndose en una ciudad en la que se inicia un nuevo estilo de construcción, el modernismo, y que arquitectónicamente cambia. Esto es gracias a esos obreros que luchaban por reducir la jornada laboral a 9 horas, o unos mínimos derechos laborales, o un salario digno.
La ciudad donde florecían los edificios de Puig i Cadafalch,Domènech i Montaner, Gaudí o Sagnier era escenario también de una convulsión obrera. En Barcelona en aquel momento había desigualdades sociales, con 10.000 niños huérfanos abandonados a su suerte por las calles (los trinxeraires).
Y ahí crecerá la historia de Dalmau Sala, modesto artista, hijo de un anarquista ajusticiado. Este trabaja decorando las mansiones burguesas, y está enamorado de Emma, una huérfana luchadora incansable y con madera de líder obrera y del incipiente feminismo.
El escritor cuenta como eran las mujeres las que encabezaban las manifestaciones y las revueltas, acompañadas por sus hijos pequeños. El motivo era intentar que los dueños de las empresas no tomaran represalias sobre sus maridos, y tenían la idea de que las fuerzas de seguridad no arremeterían contra ellas.
Dalmau es un joven ateo y revolucionario que trabaja en el taller de cerámica de D. Manuel Bello, hombre de arraigadas creencias católicas. El se siente apreciado por su patrono, el dueño de la fábrica de azulejos en la que trabaja como creador de diseños, que siempre se ha comportado con él como un maestro.
Vive atrapado entre dos mundos. Por un lado, su familia y Emma, la mujer que ama, son firmes defensores de la lucha obrera; hombres y mujeres que no conocen el miedo a la hora de exigir los derechos de los trabajadores.
Por otro, su trabajo en el taller de cerámica de don Manuel Bello, lo acerca a un ambiente donde imperan la riqueza y la innovación creativa. La ciudad vive días de gran agitación social. La miseria de los más desfavorecidos contrasta con la elegante opulencia de las grandes avenidas, donde ya destacan algunos edificios singulares, símbolo de la llegada del Modernismo.
Dalmau Sala, se ve seducido por las tentadoras ofertas de una burguesía dispuesta a comprar su obra y su conciencia. Es por ello que tendrá que encontrar su auténtico camino, como hombre y como artista, y alejarse de las noches de vino y drogas para descubrir lo que de verdad le importa: sus valores, su esencia, el amor de una mujer valiente y luchadora y, sobre todo, esos cuadros que brotan de su imaginación y capturan en un lienzo las almas más miserables que deambulan por las calles de una ciudad agitada por el germen de la rebeldía.
Tanto la hermana de Dalmau, Montserrat, como su novia Emma, son asiduas participantes en algaradas y protestas obreras. En una de ellas, la hermana de Dalmau cae presa de la policía y este tiene que hacer lo imposible por liberarla. A partir de ahí se desencadena un rosario de catastróficas desdichas para cada uno de los protagonistas de la novela.
Como en las otras novelas de Falcones, los personajes,
o son muy buenos, y muy desgraciados, o muy malos y todo les sale bien hasta el
final.