
Anxo Baranga sonríe con facilidad. Habla y ríe como si la vida fuese un escenario abierto, pero basta escucharle un par de minutos para darse cuenta de que detrás de esa simpatía hay un artista meticuloso, casi obsesivo, que no deja nada al azar.
Cada trazo tiene un porqué, cada obra un discurso, y el cartel de las Festas do Cristo de este 2025 es la mejor prueba de ello: además de talento, exige horas de trabajo, investigación y una disciplina que él asume con naturalidad.
«Estou moi orgulloso, foi todo un honor participar este ano nas Festas do Cristo», cuenta. Cuando el Concello le propuso diseñar el cartel, dijo sí sin dudar, aunque puso una condición: que le marcasen los límites. «Quería saber onde podía meterme e onde non, porque para min era importante que o cartel gustase».
Lo que nació de esa propuesta es un cartel atípico. Baranga recurrió a su amor por la banda diseñada y creó un cómic en el que caben todos los símbolos de la fiesta: el pregón que en su día pronunció Florencio Delgado Gurriarán, el Nazareno, el río, los fuegos, las letras inventadas por Castelao en el 75 aniversario de su muerte. Nada es casual. La chispa surgió en la Biblioteca Municipal, al descubrir unos dibujos de Florencio que le recordaron a viñetas. «Nunha banda deseñada cabíame todo», explica.
Su manera de contar cómo fue construyendo el cartel deja clara una idea: además de talento, hace falta mucho trabajo. Investigar en archivos, rescatar tipografías, seleccionar imágenes y darles un hilo conductor exigió tiempo, paciencia y método. «As primeiras ideas non solen ser boas», admite. Por eso trabaja las segundas, las terceras o las cuartas, hasta dar con la que encaje en el discurso que busca en cada obra.
Recuerdos de infancia
Las Festas do Cristo forman parte de su historia personal. De niño las vivía en la casa de sus tíos Paco y Carmen, que daba directamente al río Sil. Desde allí contemplaba los fuegos artificiales, los paseos, la algarabía en las calles. «Cando souben que esa era tamén a casa onde naceu Lauro Olmo, quedei alucinado». Esa mezcla de recuerdos íntimos e historia de O Barco es lo que hoy impregna su arte.
Para Baranga, la banda diseñada no es un género menor. La reivindica como literatura y arte de pleno derecho. Y la aplica a su pintura: antes de cada cuadro hay un guion, una dramaturgia, un storyboard. «Na pintura sempre hai un guión, igual que no teatro ou no cine», afirma. Sus series —las máquinas, el agua, la contaminación, ahora el fuego— son capítulos de un relato mayor, contado en imágenes.
El país do lume
En la exposición que presenta en Abanca bajo el título «En Construcción» se encuentra una de sus piezas más recientes: un cuadro en construcción sobre los incendios, dentro de la serie «O país do lume». Lo singular es que invita al público a participar en él, a hacer suyo el proceso creativo.
No es algo nuevo en él. Cada año, en su Córgomo natal, abre su taller a la calle y enseña a cualquiera que se acerque a modelar en papel maché. Lo hace con paciencia y humor, convencido de que el arte también se comparte.
La exposición se inauguró el 11 de septiembre y los talleres comenzarán el día 15. Allí, entre pinceles y papel maché, se podrá comprobar lo que define a Anxo Baranga: un creador risueño que se toma en serio su trabajo, capaz de convertir la memoria en viñetas y de demostrar que el arte es, al mismo tiempo, rigor y celebración.