miércoles. 05.11.2025

Jacob Nielsen comparte la esencia del Camino: presencia, humildad y el valor de los vínculos humanos.

Una conversación íntima sobre el sentido de caminar, la búsqueda interior y la fuerza que nace en cada paso. El peregrino narra su experiencia vital en la ruta hacia Santiago y explica por qué su próximo destino será el camino que sigue el Sil

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La mañana amaneció con una lluvia intensa, de esas que hacen del Camino de Santiago un desafío aún mayor y obligan al peregrino a sacar fuerzas de donde creía no tenerlas. En medio de ese escenario conversamos con Jacob Nielsen, un caminante que revive la ruta hacia Compostela desde una mirada profundamente personal y que, en sus palabras, refleja el sentir de tantos peregrinos que han recorrido, recorren o recorrerán alguno de los caminos jacobeos, incluido el propio Camiño de Inverno.

Nielsen comenzó el Camino por iniciativa de un grupo de amigos. Confiesa que nunca fue especialmente cercano a las tradiciones católicas, pero atravesaba un momento vital que le invitaba a mirar hacia dentro. «Decidí hacerlo también como una búsqueda interior. Mientras caminábamos hacia Santiago, caminábamos un poco hacia nosotros mismos», explica. La lluvia, el dolor físico y las incomodidades se convierten, para él, en parte del aprendizaje: «Ese dolor, aunque frustrante, también te da satisfacción una vez pasado».

«El Camino es la vida»

Para Jacob, la metáfora es clara. El Camino, como la vida, no va de llegar, sino de estar presente. «Te das cuenta de que la llegada es lo de menos. Hay días en los que crees que no vas a seguir, por lesiones o cansancio. Pero descubres que el éxito está en estar en el momento, en la hora. Y al día siguiente, sorprendentemente, tienes fuerza para seguir».

La periodista recuerda la dificultad de pensar en el futuro cuando el agua empapa la ropa y la humedad cala hasta los huesos. Jacob coincide: «Lo ves claro: no puedes controlar si llueve o si hace sol. Resistirse solo genera sufrimiento. Aceptarlo cambia tu actitud».

Las enseñanzas del Camino

Preguntado por un aspecto positivo y otro no tan bueno del recorrido, Nielsen responde con sinceridad. Lo peor, su propia testarudez. «No sé por qué, pero decidí cargar con todo el peso mientras mis amigos enviaban sus mochilas por transporte. Ahora tengo la rodilla lesionada. A veces la cabezonería pasa factura».

Lo mejor: la amistad. «Sabía que era importante, pero en el Camino se hace evidente. Las tensiones, las risas, las pequeñas peleas… Todo forma parte del vínculo, y te une todavía más».

La convivencia con otros peregrinos es otro de los elementos que marcan la experiencia. «Es divertidísimo. Te cruzas con los mismos una y otra vez. Se generan piques, compartes misa, albergue… Te das cuenta de que buscamos diferencias cuando, en realidad, la mayor parte de las cosas nos unen».

Su próximo objetivo: el Camino de Invierno

Aunque entró en el peregrinaje «por la autopista», el Camino Francés, ya piensa en nuevas rutas. Entre ellas, el Camino de Invierno, que le atrae especialmente por razones personales. Su pareja es de un pequeño pueblo ourensano por el que pasa esta ruta. «Será un Camino más íntimo, más de pareja. Me interesa esa profundidad y porque siento que empiezo a tener raíces en Galicia».

La periodista le adelanta que el tramo a lo largo del río Sil ofrece paisajes únicos. Jacob asiente. «Siempre buscamos algo caliente al parar: caldo gallego, pan… Y el trato de la gente local es reconfortante. Te das cuenta del valor de las cosas simples: un buen gesto, una palabra amable, un plato caliente».

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Al despedirse, Jacob deja una idea que sirve tanto para el Camino como para la vida: cada paso es una oportunidad para descubrir quiénes somos cuando nadie nos mira, cuando el cansancio pesa y cuando la lluvia no da tregua. Porque, como él mismo dice, «el Camino te pone frente a ti mismo».

Y quizá por eso sigue siendo una ruta universal, porque nos recuerda que, incluso bajo el aguacero más intenso, siempre hay un paso más que dar, una mirada que compartir y un lugar al que llegar, aunque ese lugar sea simplemente uno mismo.

Jacob Nielsen comparte la esencia del Camino: presencia, humildad y el valor de los...