
Ha pasado ya mes y medio desde el incendio que arrasó Vilamartín de Valdeorras y Enrique Álvarez no ha parado un solo día. El alcalde enlaza llamadas, reuniones y visitas con un único propósito: lograr el mayor apoyo posible para reconstruir su concello y, sobre todo, evitar que el agua del otoño destruya lo poco que queda en pie.
En las últimas horas, tal y como confirma Álvarez a Onda Cero Valdeorras, llegó una noticia que alivia, en parte, la carga que soporta desde el 15 de agosto. La Xunta financiará los trabajos de desescombro en San Vicente, mientras que el Concello se encargará de redactar el proyecto y adjudicar las obras. «Onte chamaron da Xunta para confirmalo», explica Álvarez. No será inmediato, matiza, porque todavía hay que firmar un convenio, pero es el primer paso firme tras semanas de gestiones.
Ese trabajo constante empieza a dar resultados también en otros frentes. El Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia valora implicarse en la recuperación de San Vicente y Cernego a través de su programa de voluntariado. Su presidente podría desplazarse en breve para conocer la situación sobre el terreno, un gesto que el regidor considera fundamental para avanzar.
Álvarez insiste en que lo urgente es poner orden y seguridad antes de pensar en levantar nuevas viviendas. «É moi importante que os veciños poidan chegar ás súas casas», recuerda. Y añade que no todos están en la misma situación: algunos podrán reconstruir con rapidez, pero otros necesitarán esperar a que se retiren los escombros o a que se aclare la titularidad de las propiedades.
En este punto, el Concello está dispuesto a asumir terrenos sin propietario identificado o aquellos cuyos dueños no quieran reconstruir. El objetivo es darles una utilidad comunitaria, como ensanchar calles o abrir plazas, aunque Álvarez matiza: «Non me atrevo a decir que os collemos todos, pero os que sexan útiles para os veciños, si», explica. Pero él confía en el que finalmente la mayoría de los propietarios de viviendas en San Vicente opten por la reconstrucción.
Estas son las respuestas más positivas y esperanzadoras que ha recibido estos días. Pero si la Xunta ha dado un paso adelante, la Diputación sigue sin pronunciarse sobre la carretera de acceso a San Vicente, que tal y cómo el presuponía, resultó clave durante el incendio. «O lóxico sería poñer cartos enriba da mesa para arranxala», lamenta el alcalde.
Pero ahora tiene otra prioridad encima de la mesa y el tiempo juega en contra. El fuego arrasó prácticamente el 100% de la masa forestal de Vilamartín, unos 70 kilómetros cuadrados. Con las lluvias de otoño, el riesgo de desbordamientos y de que se inutilicen las captaciones de agua preocupa cada día más. «Non quero ser catastrofista, pero esa posibilidade existe», advierte Álvarez, consciente de que el problema afecta no solo a Vilamartín, sino también a los pueblos de la comarca.
La lentitud de la burocracia tampoco ayuda. Cada autorización, cada papel, retrasa un proceso que los vecinos viven con impaciencia. «Todos temos que ter un pouco de paciencia, pero é difícil cando se trata da túa casa», reconoce.
En medio de tanta presión, Enrique Álvarez agradece las muestras de apoyo que siguen llegando: «As mostras de ánimo e solidariedade seguen chegando, e iso axuda a seguir loitando». Porque, aunque queda mucho por hacer, el alcalde de Vilamartín no tiene dudas: seguirá peleando cada día para que su concello recupere la normalidad.
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