miércoles. 24.12.2025

San Vicente de Leira: cuando la Navidad se enciende entre las cenizas

Cuatro meses después del gran incendio que arrasó Valdeorras, este pueblo de Vilamartín responde al dolor con luz, dignidad y una Navidad convertida en acto de resistencia

somoscomarca_sanvicente_navidad1062

San Vicente de Leira quedó prácticamente reducido a cenizas este mes de agosto y se convirtió en el símbolo de la tragedia que arrasó Valdeorras. El fuego, originado en Larouco, avanzó sin freno por Petín, A Rúa, Vilamartín, O Barco, Rubiá y Carballeda, dejando a su paso casas calcinadas, castaños centenarios desaparecidos y viviendas de primera residencia reducidas a nada. Pero, sobre todo, se llevó formas de vida enteras. «No era solo una casa, era un modo de vida», repiten quienes lo perdieron todo.

somoscomarca_sanvicente_navidad1059
Ángela es una de las personas que no tiene casa donde poner su mesa

Esta Navidad han preparado unas mesas muy especiales que no son solo decoración. Es una invitación. «Estamos convidando aos conselleiros á cea de Nadal», explica Dominga, señalando los platos, los vasos salvados de las llamas, la cristalería rota. Una forma simbólica —y muy real— de pedir algo tan básico como una carretera para poder desescombrar y empezar a reconstruir. «Sen estrada non podemos facer nada».

somoscomarca_sanvicente_navidad1055
Nacimiento en el tronco de un castaño que ardió en agosto

En San Vicente de Leira, el incendio arrasó más de 120 viviendas, palleiras y alpendres. Se perdieron huertas, cosechas, animales, herramientas y cuadras. El paisaje quedó marcado por el negro y el silencio. Aún hoy, cuatro meses después, los escombros siguen apilados y el pueblo conserva el aspecto de un campo de batalla.

 

Y, sin embargo, donde cabría esperar solo tristeza y desolación, San Vicente ha decidido responder con algo inesperado, Navidad.

somoscomarca_sanvicente_navidad1060

Allí donde el fuego dejó árboles muertos, los vecinos han colocado pinos quemados convertidos en árboles navideños, adornados con todo tipo de materiales. Y donde lo habitual sería encontrar mesas familiares preparadas para la cena, en San Vicente han sacado las mesas a la calle. Mesas vestidas con vajillas rescatadas de casas calcinadas, colocadas en distintos puntos del pueblo. Porque, como dicen ellos, en San Vicente las mesas buscan casa.

somoscomarca_sanvicente_navidad1050
En la mano de Dominga un tenedor con el cristal de un vaso que se quedó pegado tras el intenso calor de las llamas

Dominga lo cuenta con serenidad y una fuerza que impresiona. El fuego devoró su hogar, el lugar al que volvió tras jubilarse, después de toda una vida trabajando fuera sin dejar nunca el pueblo. «Levamos 35 ou 40 anos loitando», explica. «A nosa vida sempre foi nadar contra corrente, e seguimos nadando, aínda que este xa nos está afogando».

somoscomarca_sanvicente_navidad1051
Una bombona que no estalló sirve de florero

A sus 70 años, Dominga no habla solo de su casa perdida, sino de todo lo que ardió alrededor: los castaños centenarios, algunos de más de 400 y 500 años, las rutas tradicionales, las bouzas levantadas piedra a piedra por los antepasados, la memoria del territorio. «As casas dóen, pero os castaños non se recuperan», dice con tristeza.

somoscomarca_sanvicente_navidad1052

Pese a todo, el ánimo sigue ahí. «Este pobo é demasiado bonito para deixalo así», afirma. Y esa frase resume lo que hoy representa San Vicente de Leira, un lugar herido, sí, pero también un pueblo que se niega a desaparecer, que se aferra a la comunidad, a la vecindad y a la dignidad.

somoscomarca_sanvicente_navidad1054
Los vecinos se siguen reuniendo en las antiguas escuelas porque el edificio no ardió

Esta Navidad, entre cenizas y luces, San Vicente no pide compasión. Pide ser visto, escuchado y acompañado. Y nos recuerda que, incluso después del fuego, hay pueblos que siguen encendiendo esperanza.

somoscomarca_sanvicente_navidad1061

San Vicente de Leira: cuando la Navidad se enciende entre las cenizas