
El incendio que desde el sábado afecta a la zona de Las Médulas, en León, ha obligado a desalojar a más de 700 personas y ha causado cuatro heridos leves —dos brigadistas y dos vecinos—, además de importantes daños materiales en viviendas y en el entorno patrimonial. Aunque el flanco noreste se ha dado por estabilizado gracias a la aplicación de fuego técnico, preocupa el avance hacia Pombriego y Voces por el viento de hasta 40 kilómetros por hora.

El operativo de extinción, integrado por unos 500 efectivos, trabaja con medios aéreos, autobombas y bulldozers para contener las llamas. Entre las zonas desalojadas la noche del domingo se encuentran Carucedo — que pudieron volver a sus casas a primera hora de la tarde—, Orellán, Voces, Yeres y Montes de Valdueza. Solo una veintena de vecinos permanece en polideportivos; el resto se aloja con familiares o amigos. En el paraje de Las Médulas han ardido varias viviendas y el aula arqueológica, mientras que las minas romanas no presentan daños, según la información oficial.
El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha calificado el incendio como un acto de «terrorismo ambiental» y ha confirmado que se investiga su origen intencionado.

«Una imagen terrible, con las llamas bajando desde Las Médulas»
Carmen, vecina de Carucedo, fue una de las personas desalojadas anoche y hoy, a primera hora de la tarde, ha podido regresar a su casa. Relata que la jornada de ayer comenzó con cierta calma, pero que la situación cambió en pocas horas: «Al mediodía del domingo nos dijeron que todo estaba controlado, pero las llamas avanzaron con muchísima rapidez.
En cuestión de dos horas, desde que desalojaron a Las Médulas, la Guardia Civil nos ordenó salir también a nosotros. Fue un momento de muchísima tensión, con todos los vecinos saliendo a la vez y la Guardia Civil dirigiendo el tráfico».

Su madre, farmacéutica del pueblo, tuvo que cerrar de inmediato y marcharse. «Las llamas llegaron casi hasta el colegio y el cementerio. Se han quemado fincas y viñas, aunque por suerte en Carucedo no hay viviendas afectadas», explica. Lo más duro, añade, fue contemplar el paisaje: «Desde el balcón vi Las Médulas cubiertas de humo y, debajo, las llamas. Es devastador imaginar aquel entorno calcinado, un lugar que es Patrimonio de la Humanidad y hogar de tantas especies animales».

Aunque parte del incendio está controlado, la incertidumbre continúa. Los vecinos permanecen atentos a la evolución y a las indicaciones de las autoridades, mientras los equipos de extinción mantienen la vigilancia para evitar nuevos rebrotes. Las imágenes que pueden contemplar los que han regresado a sus casas son estremecedoras.