
El área recreativa incorporará nuevas alternativas para disfrutar de juegos al aire libre y el Concello proyecta un patio de bolos celtas
El área recreativa de O Bañadoiro de Vilamartín acaba de incorporar un campo de petanca, el primero del municipio. Se trata de una iniciativa desarrollada por el Concello para completar las alternativas de ocio al aire libre que brinda este paraje emblemático y, al mismo tiempo, favorecer la recuperación de un juego tradicional.
El alcalde de Vilamartín, Enrique Álvarez Barreiro, señala que la afición a la petanca la mantiene un grupo de vecinos que se reúnen con frecuencia para jugar. «Xa hai tempo que me comentaron que sería bó crear un espacio específico para a petanca», detalla. Al final, añade, como era algo sencillo de ejecutar y que «nos quedaba fantástico nesta zona pois se acometeu». En este sentido, da a conocer que la inversión realizada para la ejecución de la obra fue «mínima, costounos poucos cartos».
El regidor de Vilamartín destaca la inquietud de dichos vecinos por mantener vivo un juego popular como la petanca. «Hai veces que ven xente ata o campo de petanca e pasan a tarde aí xogando».
Al hilo de ello, dio a conocer que su intención es llevar a cabo otra obra en próximos meses parecida que consiste en la dotación de un «patio de bolos celtas. E así seguiremos facendo cousas no Bañadoiro», esgrime.
El objetivo es seguir impulsando el área recreativa, uno de los espacios más concurridos para disfrutar de la naturaleza en el municipio. De hecho, cada domingo se pueden contemplar personas comiendo en la zona de merendero de este rincón situado junto al río Sil. También, es el lugar al que se trasladan muchas personas para la práctica de deporte al aire libre, incluso de municipios vecinos de la comarca, y paso de peregrinos, ya que forma parte del Camiño de Inverno. Asimismo, concentra las instalaciones deportivas. Por ello, es uno de los rincones más dinámicos y vivos de Vilamartín.
El Concello, consciente de las posibilidades que brinda el área recreativa, ha realizado en los últimos cuatro años un buen número de obras de acondicionamiento, tanto con medios propios como ajenos —«obradoiros de emprego»— como ha sido la dotación de miradores hacia el río Sil, barandillas de piedra, limpieza y reordenación del mobiliario de este «pulmón verde» de Vilamartín.