
El aparatoso accidente ocurrido esta mañana en la carretera Logroño-Vigo en San Miguel de Outeiro, parroquia de Vilamartín de Valdeorras hizo que se vertiesen grandes cantidades de gasoil, aceites y valvulina. Además estos fluidos permanecieron mucho tiempo en contacto con la superficie del vial y a altas temperaturas.
Estas condiciones hicieron muy complicadas las tareas de limpieza. A las 20.00 horas los Bomberos de A Rúa y el GES de Valdeorras dejaban la superficie totalmente limpia pero se advirtió que si se vertía agua el firme no la absorbía, y era extremadamente resbaladizo.
Ante la previsión de lluvia de mañana se decidió que este tramo de carretera siguiese cortada al tráfico hasta que den las condiciones idóneas para transitar por ella. Dos patrullas de la Guardia Civil de Tráfico se encuentran en la zona del accidente ejerciendo tareas de vigilancia y control.

Desde la Guardia Civil ya se advertía este problema al final de la tarde:«Aún no se ha reabierto el tramo de la carretera N-120, afectado por el siniestro de esta mañana, porque las tareas de limpieza de la vía se está complicándo, debido a la gran cantidad de fluidos derramados (aceite, valvulina, gasoil) sobre la superficie asfaltada», comunicaban desde este cuerpo de seguridad del Estado. «Están trabajando los bomberos y el servicio de conservación de la vía, baldeando con agua caliente y echando sepiolita», explicaban.

Por tanto se seguirá desviando el tráfico desde el kilómetro 469 de la N-120 —primera salida de A Rúa—hacia la OU-933, por la Avenida de Almendralejo, para continuar por el núcleo urbano de A Rúa hasta Vilamartín por la OU-603.

En el sentido creciente, el tráfico se desvía a la entrada de Vilamartín, en el kilómetro 461,700 para continuar por la OU-603 hasta A Rúa. En el centro de la villa ruesa, se toma la Avda. de Quiroga, para continuar por la de Alamendralejo —OU-603— y al pasar la rotonda se incorpora el tráfico a la N-120, en el lugar conocido como residencia dos Pinos.
