Las altas temperaturas que están marcando el verano en Valdeorras están produciendo estragos en las cosechas. Es el caso del sector vitivinícola, uno de los más importantes a nivel productivo en la comarca y donde las pérdidas por la falta de agua ya son notables.
En algunos puntos de la comarca, según se informa desde el Consello Regulador de la Denominación de Origen Valdeorras, ya se han detectado racimos deshidratado. Eso sí, por el momento la perdida inicial «se puede soportar porque hay una buena cosecha», asegura Jorge Mazaira, director técnico.
El mes de agosto será decisivo. Por el momento es complicado calcular el daño y todo dependerá de la climatología de las próximas semanas. «En nivel general afecta. Si viene agua la segunda quincena se puede recuperar muchísimo».
La situación también afectará al inicio de la vendimia, que podría adelantarse al último fin de semana de agosto. «Hay zonas, las pegadas al río por ejemplo, donde la situación es bastante mejor aunque falta el punto de madurez. Otras sufren un poco más».
El deseo es que llueva para evitar que la planta deshidrate más racimos, aunque se teme a las tormentas, que en ocasiones llegan acompañadas de granizo. «Eso sería el desastre total. Esperemos que no suceda». Y a todo ello se suman las viñas que fueron afectadas por el fuego. «En Éntoma hubo zonas chamuscadas por completo».
Todavía es pronto para hacer predicciones, pero desde la Denominación de Origen se estima que la afectación será de entre un 5 y un 10%, «aunque si la climatología sigue así, estaremos en torno al 15 o 20%».
