
El Palacio de Hielo de Madrid, habilitado como morgue provisional durante la pandemia, no puede cerrar sus puertas y regresar a su actividad porque el ataúd no reclamado de una anciana lo impide. El inspector Salado y su ayudante Jaso acompañan al supersticioso juez Calvo a la inspección preliminar, que les depara una sorpresa: en su interior hay un varón con traje a medida y un Rolex de oro en la muñeca.
Lo que parece una confusión de clasificación, recordad que era el ataúd de una mujer, les introduce poco a poco en un macabro juego: una cadena de muertos, a cada cual más peculiar, que tienen en común la firma, en el certificado de defunción, de la doctora Paloma Padierna, joven internista en el Gregorio Marañón.
La doctora Padierna, ajena al asunto y agotada tras los duros meses de trabajo en el hospital, solo piensa en sus vacaciones. Pero el asesino de los crímenes perfectos tiene otros planes para ella.
De la novela nos cuenta Reyes Calderón que la escribió mientras estábamos todos encerrados en casa por la pandemia y se dio cuenta de que era el momento perfecto para matar a alguien. Había mil muertos diarios y hubo que habilitar el Palacio de Hielo porque, no había posibilidad de enterrarlos y qué mejor momento para cometer cualquier crimen.
Uno de los protagonistas de la novela, el juez Juan Calvo, que es muy supersticioso. Es el que da el punto más cómico de la novela. “Hay que entender que los jueces, como a los policías, son personas normales que antes de realizar su trabajo han tenido que llevar a sus hijos al colegio o a ir a la compra. Y esto es lo que pasa con el juez Calvo, casado con una psicóloga y que no soporta tener relación con la muerte. Pues le ha tocado el caso.
La pareja de policías formada por el inspector Gustavo Salado y el novato Javier Jaso son los que llevan el peso de la investigación. Uno tiene mucha experiencia y el otro es un joven que quiere aprender y acaba teniendo una relación muy personal con el caso.
No olvidemos al criminal de la novela. “Es un psicópata despiadado. Todos los psicópatas son gente que no saben querer, son incapaces de enfatizar con nadie, son fríos, narcisistas, egocéntricos y les gusta ser admirados. Tiene algo de exhibicionistas y en el caso de la novela le gusta mantener un pulso con los investigadores, saber que es más inteligente que ellos. En este caso, le gusta realizar el juego del gato y el ratón”, el asesino siempre va un paso por delante. Siempre hasta que cae en manos de la policía.
“El juego de los crímenes perfectos”, de Reyes Calderón, tiene un buen comienzo; uno de esos que te hacen continuar leyendo aunque no tengas tiempo para ello.
Enseguida surge una fuerte conexión con los personajes principales: el juez Juan Calvo, la doctora Paloma Padierna, el inspector Salado y el ayudante de éste, el agente Jaso.
La escritora utiliza bien todo ese entorno y consigue crear un relato interesante con una trama muy compleja, original y macabra. La situación llega a ser un tanto estrambótica y parece no tener ni pies ni cabeza, pero su desarrollo está muy bien escrito, y acaba por envolvernos.
Con la aparición de un nuevo cadáver, los agentes Salado y Jaso se dan cuenta de que se enfrentan a un psicópata despiadado, pero metódico e inteligente que parece disfrutar jugando con ellos, porque el plan que éste último ha preparado para sus fines es como un juego de complejidad extrema.
En su segunda mitad, la novela alcanza un suspense notable. Subyace a lo largo de ella el análisis del comportamiento criminal y sus diferentes motivaciones. Por medio de otro personaje, en principio secundario, la doctora Valdis, en un magnífico enfrentamiento verbal en sesión clínica con un paciente, deja claro que progenitores e infancia marcan de manera profunda la personalidad del niño.
La solvencia de los diálogos hace creer lo que lees y aporta solidez al argumento y al desarrollo de la acción. Magnífica la toma de contacto con el juez Calvo y sus primeras intervenciones. Personaje de diez. Hay autores que dejan su impronta en sus narraciones. Reyes Calderón es una de ellas. La conjunción entre escritura, personajes y diálogos funciona a la perfección, porque El juego de los crímenes perfectos es una novela que está muy bien escrita y, sin lugar a dudas, gustará a todos los amantes del género negro. Por lo tanto, lectura recomendada.