viernes. 19.04.2024

Doña Áurea dejó atrás su Carballeda natal para «hacer las américas» y convertirse en «A Rainha da Banana»

A comienzos del pasado siglo XX, una mujer natural de Sobradelo, Carballeda de Valdeorras, decidió embarcarse para «hacer las américas» con destino Brasil. «De familia acomodada y no humilde», tal y como relata Aurelio Blanco Trincado, «consiguió reunir una de las mayores fortunas del país», partiendo de la venta del plátano frito y la sardina asada, a los marineros del puerto de Santos, ciudad donde viviría.

«Con el primer dinero ganado, compró fincas sin cultivar que ella misma convirtió en un vergel» relata Blanco Trincado. «Sus plantaciones llegaron a ser las más extensas de Brasil», y de esta hazaña surgiría su apodo, «A Rainha da Banana». Sus extensiones eran tan grandes que mandó construir un ferrocarril atravesándolas, con el fin de exportar los frutos. Para ello también «se construirían dos grandes barcos, uno con su nombre, el otro, con el de su primer marido».



Doña Áurea tenía un palacio en la zona más céntrica de Santos. En él, «vivía con seis doncellas, una gobernanta, un chófer y muchos jardineros». A lo largo de su vida se casaría dos veces, teniendo, en total, seis hijos.

Cuenta Blanco Trincado que un sobrino suyo, al que ayudó a labrarse una carrera de medicina, la calificó como una «esforzada amazona de armas tomar», probablemente refiriéndose a que dentro de sus grandes posesiones en Santos, había espacio para los caballos que ella misma montaba para recorrer las enormes plantaciones de plátanos y «controlar a las muchas cuadrillas de colonos que tenia a su servicio».



Para nuestro historiador local, «resulta curioso que en su tierra natal no se la recuerde y sin embargo, «en 1966, el ayuntamiento de Santos sí le dedique una calle, la Avenida dona Áurea Gonzales Conde. El decreto de la alcaldía rezaba: «por los magníficos servicios prestados a la colectividad santense, su notable contribución al progreso de la ciudad a través de sus iniciativas en el comercio, la industria y la agricultura y, además, sus realizaciones de carácter filantrópico y asistencial». Tampoco sus paisanos de Sobradelo, recuerda Blanco Trincado, «recibieron de ella ayuda alguna».

Imagen: Archivo Marcial González.

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