
La novela la protagonizan el payés Robert de Tramontana, el Condenado
Un sábado más, Isabel Gavela, de Librería Praxis, nos trae la novela recomendada para esta semana, que en esta ocasión es “El juicio del agua”, de Juan Francisco Ferrandiz. Además, ha informado de la lista de los libros más vendidos en la tienda:
- La Reina Sola, de Jorge Molist
- Reina Roja, de Juan Gómez Jurado
- El conquistador, de José Luis Corral
- Independencia, de Javier Cercas
- El bosque de los cuatro vientos, de María Oruña
"El juicio del agua"
Juan Francisco Ferrandiz, como otros muchos abogados, se ha dedicado a escribir novela histórica con bastante éxito, tal y como demostró en su anterior obra, “La tierra maldita”, que también hemos tenido en nuestros recomendados.
En la novela que os traemos hoy, “El juicio del agua,” el autor nos traslada de forma novelada cómo se produjo el cambio entre el derecho feudal y el actual derecho civil, el “Ius civile”. De como los nobles dejaron de tener potestad sobre la vida de sus siervos, los siervos de la gleba, y estos empezaron a poder disponer de sus vidas e incluso a hacer reclamaciones a las tropelías de sus señores.
La novela comienza con un principio un tanto impactante, comienza con una ordalía, esto era una manera antiquísima de decidir un conflicto. Podía ser un duelo con armas o pruebas en las que se confiaba a Dios el resultado, por ejemplo sostener un hierro al rojo vivo, sumergir a dos niños en agua para ver cuál se hundía.
Estas pruebas vienen recogidas en muchas legislaciones civiles medievales, por ejemplo en el fuero de Jaca o los Usatges de Barcelona. Respondían a la manera de entender la vida y el destino. En un ambiente de violencia y guerra la suerte individual está en manos de Dios, esa idea pasó a la Justicia; no importaba la verdad de los hechos, sino la elección de Dios, que era inapelable.
Eso es lo que nuestro protagonista lucha por cambiar, ofreciendo una Justicia basada en pruebas, basada en la verdad. La acción discurre a lo largo de las tres últimas décadas del siglo XII, en plena Edad Media, una de las épocas más oscuras de nuestro país, cuando aún imperaban las leyes feudales, donde las ordalías siempre favorecían a los nobles y abandonaban a su suerte a los más débiles y pobres.
La novela la protagonizan el payés Robert de Tramontana, el Condenado, que en el futuro se convertirá en doctor en Leyes en la ciudad condal y Blanca de Corviu, legítima heredera del castillo de Olèrdola, que se verá desposeída de todos sus bienes y derechos feudales.
Ambos personajes estarán unidos irremediablemente desde el principio de la trama por el injusto y «divino» juicio del agua al que fueron sometidos siendo niños. La novela planea sobre hechos claves de los reinos cristianos hispánicos a finales del siglo en el que a pesar de que el que lo perdió todo fue Robert, los dos sufrieron sus consecuencias. Entre sus páginas conviven complejos personajes novelescos, y muchas personalidades históricas, como el rey Alfonso IX de León , último rey de León como reino independiente, con sus problemas en las Cortes de 1188.
El rey Alfonso II de Aragón y conde de Barcelona; su esposa, la reina Sancha de Castilla, la rebelión del vizconde Ponce III de Cabrera, la labor de los foristas de Jaca o los torneos de caballería clandestinos, pero, sobre todo, busca sumergir al lector en los profundos cambios jurídicos introducidos en esos años que, para algunos historiadores, constituyen el primer Renacimiento.»
Entre asesinatos, misterios, traiciones, libros secretos, viajes inciertos, torneos medievales, derechos feudales y ordalías, también hay cabida para una historia de amor; mejor dicho, varias historias, que siempre se estropean por los avatares del destino que se cierne sobre su protagonista, Robert de Tramontana. Siempre valientes mujeres, la noble Blanca de Corviu, como el gran amor del Condenado; pero también la juglaresa Salomé; Guisla la hija de esparteros, …todas mujeres fuertes que darán lo que sea por permanecer a su lado.
Y al final, se necesita de la certeza jurídica para que las ciudades se desarrollen, y Robert el condenado, o Robert de tramontana va a ser el impulsor de esta certeza en la ciudad condal a pesar de todas las zancadillas que la nobleza interponga en su camino.
¿y Blanca de Corviu?
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