El agua vuelve a marcar el ritmo en A Rúa. La alcaldesa, María González Albert, asume que cada borrasca trae consigo la misma preocupación: «Sabes que veña a auga, vai ser un sufrimento». Las lluvias, lejos de aliviar, obligan a activar un protocolo que se ha vuelto rutina: cerrar las captaciones, proteger los depósitos y evitar que el barro se cuele en el sistema.
Esta vez, el Concello estaba preparado. Los depósitos estaban llenos antes del temporal y eso garantiza el suministro durante tres días. Pero la calma es frágil, porque según las previsiones lloverá durante más tiempo «É a dinámica que teremos todo o inverno», explica la regidora. Cada previsión de lluvia implica cortar la entrada desde las captaciones para impedir que la turbidez bloquee el sistema. «A auga non sae con toda a claridade que debería, pero evitamos que entre o groso da lama, que nos podería xerar un problema moi serio».
Cuando los depósitos bajan, el Concello reactiva el reparto de agua embotellada. Esta semana se hará de nuevo, con más puntos de distribución y un horario más amplio. «Hai persoas ás que lles resulta complicado achegarse ata a estación, así que levaremos tamén auga á Rúa Vella», adelanta González Albert. En esta labor contarán con la colaboración de Sabugueiro, asociación local que ha mostrado su disposición a participar en los trabajos de reparto y apoyo logístico.
Mientras tanto, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil continúa los trabajos de consolidación del terreno en Somoza y As Arcas a través de Tragsa. Pequeñas actuaciones que, aunque no eviten las riadas, ayudan a estabilizar el terreno. «Todo o que se vaia facendo suma», insiste la alcaldesa.
Pero el agua no es el único frente. El Concello también trabaja para paliar otro problema que crece en silencio: la falta de vivienda en alquiler. «Hai moita vivenda baleira, pero os propietarios non a poñen no mercado. A demanda é alta e temos unha lista de espera que non deixa de medrar», reconoce.
A Rúa se encuentra dentro del Plan de acción integrado Valdeorras, que se beneficiará de los fondos europeos EDIL. Con cargo a esos fondos —unos 250.000 euros—, se prevé rehabilitar las antiguas viviendas del profesorado del CEIP Manuel Respino, ya desafectadas e incorporadas al patrimonio municipal. A ese plan podrían sumarse ahora los fondos de la convocatoria de la Diputación recién publicada, que reserva 40.000 euros por municipio para promover el alquiler de vivienda pública. «Estamos valorando se empregalos para esas vivendas ou para outro edificio no barrio de Fátima, ou mesmo para mercar outro inmoble no centro da Rúa», adelanta González Albert.
Consciente de que el acceso a la vivienda se ha convertido en una necesidad urgente, la regidora defiende un papel más activo de la administración local: «O mercado particular está como está, e se o Concello é capaz de dinamizar un pouco esta cuestión, é moi importante para nós».
En cuanto al Pleno celebrado el pasado lunes, González Albert señala que sirvió para avanzar en otro asunto clave: la gestión del agua. Se aprobó la renovación del reglamento de abastecimiento domiciliario, un texto que llevaba años sin actualizarse y que ahora se adaptará a los nuevos sistemas de control y digitalización de contadores. «Está moi desfasado e hai que axustalo á realidade actual», explica a alcaldesa. Este paso permitirá avanzar en la integración del municipio en el Consorcio de Augas de Valdeorras, con el objetivo de modernizar el servicio y ganar eficiencia.
Durante la sesión también se aprobó un suplemento de crédito de 63.000 euros procedente da liquidación positiva de participación en los tributos del Estado. «É como unha declaración da renda: este ano saímos a ingresar», explica González Albert. Parte de esa cantidad se destinará a reforzar partidas municipales afectadas por el sobrecoste del servicio de agua.
El pleno tuvo además un momento especial con el homenaje a dos trabajadores municipales, José Napoleón y Loli, que se jubilan tras décadas de servicio. «Son persoas que viviron practicamente toda a historia moderna do Concello, e queriamos recoñecer o seu traballo e dedicación», subraya a alcaldesa.
Entre depósitos vigilados, viviendas por rehabilitar y ordenanzas actualizadas, A Rúa se prepara para un inverno exigente. «Estamos preparados, pero sabemos que cada chuvia nos vai poñer de novo a proba», conclúe González Albert.
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