
La aprobación definitiva de la Conta Xeral de 2023 ha devuelto al Concello de A Rúa la capacidad de planificar con garantías. Lo explica su alcaldesa, María González Albert, que califica la situación anterior como «absolutamente anómala». «Supón, primeiro, deixar atrás unha situación absolutamente anómala que non se debería repetir nunca neste Concello. E segundo, permite volver un pouco á normalidade», señala. Durante el último año, la falta de rendición de cuentas impidió no solo elaborar un presupuesto realista, sino también acceder a subvenciones y firmar convenios pendientes con otras administraciones.
El documento, aprobado con los votos del grupo de gobierno y la abstención del Partido Popular, refleja un resultado ajustado positivo de 523.396,25 euros, un aforro neto de 175.392,11 y una débeda activa do 22,57 %, a máis baixa nos últimos 30 anos. Además, el remanente de tesorería asciende a 846.700,68 euros, si bien buena parte de este está ya comprometido por ley a gastos concretos.
Con este respaldo económico, el gobierno local trabaja en el presupuesto de 2025, que sustituirá al prorrogado de 2022. «Para nós ter un orzamento é moi importante. Vai permitirnos facelo sobre unha base real, e non como antes, cando a falta de contas podía levar a sorpresas na liquidación», explica Albert. «Estamos a traballar nun documento que vai ter variacións respecto ao de 2022 porque mudaron moitas cousas no Concello, sobre todo pola aplicación dun plan de axuste que o goberno anterior tivo que asumir por impago a provedores».
También han variado los ingresos por impuestos, especialmente el IBI. En todo caso, el objetivo del nuevo presupuesto es claro: recuperar servicios y personal esenciales. «O Concello foise desprovendo de persoal nos últimos anos. Poder ter un orzamento vai implicar que podemos convocar prazas que nos resultan moi necesarias, como aumentar a plantilla da Policía Local, incorporar xente para obras ou recuperar o posto de bibliotecaria», apunta.
Además, la estabilidad contable permitirá volver a activar una operación de tesorería que, según explica, el año pasado tuvieron que amortizar. Esa línea de liquidez es clave para agilizar los pagos a empresas y autónomos. «Sempre digo que as empresas e os autónomos que traballan cos concellos non teñen que financialos. É fundamental poder pagar con axilidade e premura», afirma.
La alcaldesa confirma que la aprobación de la Conta desbloquea también convenios con entidades como la Confederación Hidrográfica, en materia de abastecimiento, saneamiento y otros servicios básicos. Y permite recuperar la solicitud de subvenciones de concurrencia competitiva, que en 2024 quedaron fuera de alcance. Entre otras, las destinadas a la contratación de personal temporal, mejora de instalaciones deportivas y culturales o eficiencia energética, a través del Fondo de Cooperación Local.
La 'sombra' de la alcaldesa
Más allá de los números, Albert se muestra satisfecha con la vocación de servicio público que sigue despertando la política en los más jóvenes. Este viernes, un alumno del colegio Pablo VI se convertirá en su «sombra» durante una jornada completa. «Encantada. Non sei se sairá con máis ganas de ser político ou sen ningunha. Este traballo é moi variado: hai días hiperactivos e outros moi tranquilos, pero está moi ben que siga habendo vocacións políticas, porque, malia o ruído, quen quere dedicarse a isto desde pequeno, o que ten é vocación de servizo público», reflexiona.
La actividad cultural, como es habitual en A Rúa, continúa este fin de semana con cine para todos los públicos, una jornada sobre lengua con la Fundación Florencio Delgado Gurriarán y un partido homenaje a Antonio Fernández Mateo, «Franco», figura destacada del Deportivo A Rúa.