A Rúa despide el año con un pleno extraordinario que, ha puesto en evidencia la tensión que existe entre el equipo de gobierno y el partido de la oposición. Convocado para tratar temas que, en palabras de la alcaldesa María González Albert, son «fundamentais para os veciños», el Partido Popular decidió no asistir, dejando vacías sus sillas en señal de protesta.
La sesión, convocada a las 16:30 horas de este lunes 30 de diciembre, tenía dos puntos en el orden del día: la aprobación de las bases de licitación del contrato del Servicio de Ayuda en el Hogar (SAF) y la liquidación de obligaciones vencidas. Minutos antes de celebrarse esa reunión, el Partido Popular de A Rúa publicaba un comunicado anunciando su ausencia, ya que la convocatoria, señalan en el texto, era innecesaria y suponía un gasto superfluo para los vecinos.
En el escrito, argumentan que «A intención é celebrar o pleno ordinario o día 13 de xaneiro. Ben puideron, coma propuxemos, unificalos o día 7 (descontando festivos e fins de semana ata entón estamos a falar de pouca diferencia, máis cando non se dá unha razón de peso para proceder como pretenden».
Además, los populares de A Rúa, criticaron que no se respeten los procedimientos habituales ni se consulte a los grupos de la oposición sobre decisiones clave. En el texto difundido en redes sociales, la oposición también aprovechó la ocasión para reavivar el debate sobre el cierre de la calle Doctor Vila, una medida que calificaron de «unilateral e sen consenso», perjudicial para los comerciantes en plena campaña navideña.
Respuesta del gobierno local
La alcaldesa María González Albert explicó, en declaraciones a Somos Comarca, la importancia de los puntos aprobados y la urgencia de los mismos. «Este era un pleno importante, onde se trataban cuestións cruciais como o contrato do SAF, que representa o 98 % do orzamento ordinario anual», señaló. El contrato, valorado en más de 2,8 millones de euros, llevaba nueve años sin renovarse, desde que el Partido Popular gobernaba el Concello. «Estabamos a incumprir a lei de contratos, e a urxencia de regularizar esta situación é evidente», justificó, añadiendo que el proceso es complejo y requería pasar varios trámites administrativos antes de poder entrar en vigor.
Respecto al expediente de liquidación de deudas, González Albert subrayó que su aprobación era fundamental para garantizar la estabilidad financiera del Concello y concurrir a subvenciones en 2025.
En cuanto a las críticas del PP por las obras en la calle Doctor Vila, la alcaldesa las rechazó de plano, recordando que el proyecto fue aprobado cuando los populares ocupaban la alcaldía y que también incluía la peatonalización de la vía. En todo caso, Albert reconoció que «é certo que as peonalizacións xeran debate, pero está demostrado que, se están ben planificadas, funcionan». Además, destacó que la mejor manera de ver el impacto en el comercio del cierre al tráfico es la actividad económica y han abierto cinco nuevos negocios en el último año, con un sexto en camino.
Aunque el pleno transcurrió sin sobresaltos, las sillas vacías del PP fueron el símbolo de la tensión política que vive A Rúa. Mientras el equipo de gobierno continúa con su programa de gobierno, la oposición denuncia lo que considera una falta de diálogo y transparencia.
«É unha forma desagradable de rematar o ano», reconoció González Albert, quien hizo un llamamiento a rebajar la crispación política en un municipio de 4.300 habitantes que, según sus palabras, debería apostar por el diálogo y la convivencia.
