
El Xacobeo está a la vuelta de la esquina —2021—. Un año y un mes después de la constitución de la Asociación de Municipios del Camino de Invierno a Santiago de Compostela, integrada por una veintena de concellos de Valdeorras, El Bierzo y otras localidades gallegas, la actividad del colectivo parece haberse quedado en una declaración de intenciones que no termina de cuajar con iniciativas concretas. Afronta el 2019 con un reto por delante: promocionar y poner a punto esta ruta jacobea. Sin embargo, hasta ahora, prácticamente sólo se ha regularizado como asociación y queda mucho, o casi todo, por hacer.
El alcalde de Vilamartín, Enrique Álvarez Barreiro, vicepresidente de la citada asociación —la alcaldesa de Ponferrada, Gloria Merayo, es la presidenta—, es consciente de la urgente necesidad de acelerar la actividad del colectivo. Es más, es el primero en plantearlo: «La asociación tiene que ponerse las pilas», dice.
La asociación aún no ha solicitado subvenciones que permitan acometer mejoras y proyectos en el Camino de Invierno. Sus fondos son las aportaciones iniciales de los ayuntamientos que son miembros del colectivo, 1.000 euros cada uno. «Todos los ayuntamientos estamos unidos de palabra. Estamos de acuerdo en todo. Pero no es suficiente. Hay que analizar qué se puede hacer en conjunto», argumenta Enrique Álvarez, haciendo alusión al programa que debe trazar la gestora del colectivo para avanzar en la dinamización de esta ruta jacobea. Cree que hace falta una gestión más ágil de la asociación para no perder comba en la potenciación de esta ruta jacobea.
En este momento, según el vicepresidente de la asociación, las prioridades en el Camino de Invierno pasan por la dotación de albergues para los peregrinos, prácticamente resueltas en Valdeorras, donde ya hay plazas en O Barco, Vilamartín —44— y A Rúa —25—; incorporar nueva señalización que indique alojamientos y restaurantes y emprender medidas de acondicionamiento o limpieza de los senderos.
Además, aún cuando el Camino de Invierno ya tiene su declaración como ruta jacobea, todavía está pendiente la aprobación del trazado definitivo en Valdeorras por parte de Patrimonio, inicialmente previsto para este año.
El Camino de Invierno no puede esperar. Es una alternativa para atraer a mayor número de visitantes, uno de los más interesantes por su belleza paisajística y no está masificado. Sin embargo, continúa siendo el gran desconocido. «Hace falta un buen impulso para que tome auge. Sí, es cierto que están pasando peregrinos. Pero no nos podemos conformar con eso. Tampoco pretendemos que sea el más importante. El Camino de Invierno es otra opción, que permite esquivar la dureza de O Cebreiro durante la época invernal. Pero no se conoce lo suficiente», esgrime Álvarez Barreiro. La clave para avanzar, estima, está en que la asociación que vicepreside comience a agilizar la consecución de sus objetivos.
Al margen de la citada asociación, Enrique Álvarez Barreiro es uno de los alcaldes más comprometidos con el Camino de Invierno. Además de interesarse personalmente por los peregrinos que cruzan Vilamartín, el Concello que preside ha gestionado más de 140.000 euros para mejorar la ruta jacobea en el municipio. De esa cantidad, 70.000 euros fueron destinados en 2018 a la reforma del albergue; 31.000, están previstos para este año, procedentes del GDR —Plan Leader— con el fin de realizar mejoras en el tramo peatonal situado en el margen de la N-536 y, finalmente, algo más de 41.000 euros, servirán para habilitar tramos en la zona de O Bañadoiro para los peregrinos que circulan a pie o en bicicleta. «El objetivo es siempre alejar de las carreteras a los peregrinos. Es una apuesta también por la seguridad», concluye.