Fue en 1975 cuando una cooperativa de Valdeorras decidió embotellar algo más que vino: embotelló la identidad de una tierra. Vinos Barco, con apenas 6.000 botellas de Godello, inauguraba en aquel momento un capítulo crucial en la historia vitivinícola de Galicia. Hoy, casi cinco décadas después, esa decisión perdura como un legado que no ha hecho más que crecer y evolucionar. Conversamos con Alfredo Vázquez, gerente de esta cooperativa, para descubrir cómo una idea pionera marcó un antes y un después en los vinos de esta región.
En aquel entonces, el precio de la uva era de 30 pesetas por kilo, y cada botella de Godello se vendía a 180 pesetas. La producción inicial, aunque modesta de Vinos Barco, fue un paso de gigante para una bodega que ya apostaba por la singularidad de las variedades autóctonas. Alfredo lo recuerda con claridad: «Fue un paso pequeño, pero lleno de significado».
Hoy, Vinos Barco procesa cerca de 900.000 kilos de uva Godello cada año. Este crecimiento no solo refleja la evolución de la bodega, sino también el reconocimiento global hacia una variedad que nació en los suelos pizarrosos de Valdeorras y que, a pesar de los intentos de replicarla, sigue siendo única. Cada botella, ahora valorada en algo más de 8 euros, lleva consigo no solo calidad, sino también historia y un vínculo profundo con su tierra.
Fundada en 1958 como una cooperativa para ayudar a los pequeños agricultores a comercializar sus cosechas, Vinos Barco realizó su primera vendimia en 1962. Desde entonces, la bodega ha sido emblema de la comarca, reflejando el espíritu colectivo de Valdeorras.
Tierra de contrastes y sabores
Valdeorras es un lugar de matices. Sus altitudes varían entre los 350 y 750 metros, y sus suelos, principalmente pizarrosos, son la clave detrás del carácter inconfundible de sus vinos. Alfredo lo explica con la seguridad de quien lleva décadas dedicándose al vino: «Por mucho que se intente plantar Godello en otros lugares, los suelos de Valdeorras tienen algo que no se puede replicar».
Hablar con Alfredo es como escuchar a un cronista del vino. Su experiencia y dedicación se reflejan en cada frase. «Valdeorras es única, y su Godello también», afirma con convicción. No es un eslogan, es la voz de alguien que ha recorrido mercados y ferias nacionales e internacionales, mostrando a expertos y curiosos el porqué de la singularidad de este rincón de Galicia.
Innovación sin perder las raíces
El catálogo de Vinos Barco ha crecido con el tiempo, manteniéndose fiel a las variedades autóctonas mientras explora nuevas combinaciones. Entre sus referencias destacan el Godello Joven, el Godello Barrica, el Mencía Joven y el Mencía Barrica, además de otros que combinan tradición y modernidad. «No se trata solo de seguir reglas de maridaje, sino de disfrutar el momento con el vino que más te guste», comenta Alfredo.
Con más de 300 socios dedicados a la viticultura, Vinos Barco es un ejemplo de trabajo colectivo. Cada botella cuenta no solo la historia de la uva, sino también la de las manos que la cultivan. Esta filosofía de unidad es parte del ADN de la bodega, que ha sabido mantener su esencia mientras se adapta a las exigencias del mercado global.
Estas Navidades, elige historia en cada brindis
Estas fiestas, Alfredo invita a disfrutar de los vinos de Vinos Barco, perfectos para compartir en cualquier mesa y ocasión. «Detrás de cada botella hay una historia de esfuerzo y tradición. Vinos Barco es el compañero ideal de cualquier plato, ofreciendo una calidad que solo Valdeorras puede garantizar», comenta.
En su página web, diseñada con imágenes de los viticultores que hacen posible cada vendimia, es posible conocer más sobre los protagonistas de esta cooperativa y su dedicación al cultivo. Además, sus vinos están disponibles en tiendas especializadas y grandes superficies, acercando la esencia de Valdeorras a hogares de todo el mundo.
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