
La tarde volvía a tensarse en Quiroga. Tras unas horas de relativa calma, los helicópteros, aviones y camiones de bomberos recuperaban la actividad frenética: un foco se había reavivado en Bendollo y, en aldeas próximas. Había vecinos todavía en las casas. «Hai aldeas nas que a xente non tiña por onde sair. Están rodeados e estamos intentando sacar a todo o mundo coa axuda dos medios aéreos», alertaba el alcalde, José Luis Rivera en el puesto de control.

Algunos vecinos ya habían sido desalojados. Otros se habían ido voluntariamente y el concello ha habilitado varios puntos para atenderles en el pabellón del concello y también en el puesto de control donde personal de la ONG World Central Kitchen se encarga de alimentar al personal que trabaja en la lucha contra los incendios, igual que está haciendo en otros puestos de mando instalados en la comarca, como en Viloira.
Pero no es el único frente que amenaza Quiroga, otro procedente de León estaba entrando en el Courel: «Temos puntos críticos arriba no Courel, que é un espazo natural protexido, e preocupa moito o dano ecolóxico que pode producirse», advertía.

Desde el operativo de extinción, el jefe del servicio, Ignacio Sánchez, señalaba que todos los esfuerzos se concentran en este frente. «La situación complicada la tenemos ahora mismo en Quiroga. El objetivo es evitar que el fuego pueda llegar al Caurel.

Ya ha entrado en la zona externa del espacio protegido, pero tratamos de que no avance más», explicaba. El responsable recordaba que el incendio, originado el miércoles en Larouco (Valdeorras), ha arrasado ya unas 20.000 hectáreas en Galicia y se ha extendido también a León. «Es el incendio más grande de la historia de Galicia desde que hay registros fiables», subrayaba.
El peligro ya se había hecho patente en la noche del lunes, cuando las llamas se comportaron como un incendio convectivo, generando su propio sistema de vientos y poniendo en jaque a Bendollo, Centeais y Vilar de Mondelo. Brigadistas, voluntarios y vecinos trabajaron hombro con hombro para salvar las casas más próximas a las llamas.

Entre los que seguían de cerca la evolución estaba también el alcalde de San Xoán de Río, Xosé Miguel Pérez. Desde el puesto de mando explicaba su preocupación: «Se o lume cruza o Sil, chega a San Xoán en cinco minutos. Por iso estamos organizados con concelleiros e veciños, preparados para actuar se é necesario». Recordaba que su concello, rodeado por todos los frentes, vive en una «calma tensa» a la espera de que cambien las condiciones meteorológicas.

Este frente de Quiroga es, a día de hoy, el que más inquieta en la zona cercana a Valdeorras. Así lo corroboró esta mañana la conselleira de Medio Rural, María José Gómez Rodríguez, que se desplazó al terreno para comprobar la situación y coordinar las labores con el operativo.
