jueves. 18.04.2024

Como cada primer sábado de febrero, Outarelo, parroquia de O Barco, ha rendido culto a San Francisco Blanco en Romería. Una tradición en la que se han dado cita todos los fieles y que este año se ha celebrado con más ganas que nunca, sin restricciones ni mascarillas. 

Además, el tiempo ha respetado y se ha presentado una mañana soleada con una parroquia llena de fieles han acompañado a la procesión encabezada por el párroco Jesús Álvarez, quien ha portado la calavera de San Francisco Blanco.

Pero la celebración continúa durante todo el día. Este año no faltará el pulpo y el churrasco, ni tampoco las roscas benditas con agua santa para evitar los dolores de cabeza durante el año.  

La celebración de la romería del San Francisco Blanco, que se remonta a finales del siglo XVI, conmemora el aniversario del martirio, sufrido en las lejanas tierras niponas un 5 de febrero de 1596. La iglesia de Outarelo, mandada construir por el valdeorrés más ilustre D. Andrés de Prada y Gómez de Santalla, y levantada de nuevo en 1920 por el entonces regidor banquense D. Alfonso Flórez de Losada y Suárez de Deza, volvía a llenarse de gente un año más. Aquellos que veneran a un santo que, a pesar de haber nacido en A Gudiña, los valdeorreses consideran paisano.

 

Hace no tantos años, los campos cercanos a la capilla donde se venera al santo, se poblaban de familias enteras que se reunían para comer. Hoy en día, tras la misa mayor, los asistentes degustan pulpo á feira acompañado de vino de la tierra y de gaiteiros que amenizan la jornada. Y si llueve, hoy eso no sucederá, se refugian en una pequeña bodega, levantada entre los vecinos, con materiales cedidos, donados, encontrados, que resguardan del frío a los fieles que continúan la tradición año tras año.

Outarelo rinde culto a San Francisco Blanco