La cuenta atrás para las cenas de empresa y las celebraciones navideñas ya ha comenzado y, en el centro Ana de la Puente, las reservas se multiplican. Nuria Carmona, experta en estética avanzada, lo resume con una frase que escuchan a diario: «La gente quiere verse bien… sobre todo cuando llegan esas fotos que no perdonan». Y si hay un tratamiento que triunfa estos días es el IPL (luz pulsada intensa).
No es nuevo, pero sí uno de los más solicitados cada vez que se acerca una fecha clave. Carmona lo define como «una edición fotográfica para la piel». A través de una luz pulsada no invasiva, el tejido se calienta de forma controlada para estimular las células y aumentar la producción de colágeno. El resultado se nota nada más salir del centro y continúa mejorando a lo largo de los días.
Un efecto “flash” para quien llega con prisa
Aunque cualquier tratamiento funciona mejor con varias sesiones, el IPL tiene una ventaja que lo convierte en la estrella de estas fechas: «Si no tienes tiempo, puedes hacerlo como tratamiento flash. Vas a notar una piel más luminosa, más uniforme y con las facciones más relajadas», explica Carmona.
Pero la clave no está solo en la aparatología. Antes de aplicar este tratamiento, el equipo de Ana de la Puente prepara la piel «a conciencia». Aplican productos que facilitan que la luz se absorba mejor a nivel celular y el resultado sea más visible. «Realmente es como resetear la piel y construir un envejecimiento más saludable», afirma.
Cuando surge la pregunta más repetida —«¿con cuánta antelación debo pedir cita?»—, la respuesta de Carmona tranquiliza a todos los que van con el calendario justo: «Si vuestra cena es un sábado, podéis venir 48 horas antes sin ningún problema. Es un tratamiento no invasivo y los efectos son prácticamente inmediatos».
Eso sí, hay una condición: la piel debe estar preparada. Si no lo está, el centro realiza una limpieza exprés en la misma sesión. «El objetivo es que la piel sea permeable. Una vez lista, aplicamos el IPL. Está incluido en el precio para que la clienta no tenga que ir y venir dos o tres veces», matiza. El resultado se nota también al maquillarse: «La textura cambia de forma inmediata, favorece la aplicación y hace que el maquillaje se mantenga mejor».
Y, con diciembre a la vuelta de la esquina, el mensaje es claro: quien quiera llegar a las fotos de la comida o la cena de la empresa —y a las de Navidad— con la piel luminosa, ya puede llamar al centro. «Estamos esperándoles», concluye.
