
El Concello de O Barco cerró el ejercicio 2024 con un remanente de tesorería de algo más de seis millones de euros. Pero, lejos de tratarse de dinero libre para nuevos proyectos, buena parte de esa cantidad está ya comprometida en obras que ya estaban previstas y que no llegaron a ejecutarse en su momento. El objetivo ahora es incorporarla al presupuesto de 2025 para poder avanzar en esas actuaciones.
«No es que tengamos seis millones para gastar como queramos», aclaró el alcalde, Alfredo García. «Una parte importante corresponde a partidas del año pasado que no se utilizaron por distintos motivos y que ahora se reincorporan para poder cumplir con lo previsto». El departamento de Intervención está trabajando en la incorporación de esos remanentes y en la preparación de suplementos de crédito para aquellas partidas que, por normativa, ya no pueden trasladarse de un año a otro. Todo este proceso se llevará al pleno previsto para la próxima semana, y permitirá desbloquear cerca de 3,8 millones de euros.
Entre las obras que se pondrán en marcha en los próximos meses figura el paso subterráneo bajo la vía del tren a la altura de la calle Xirimil, una infraestructura largamente demandada que ya está adjudicada y que comenzará en junio. El Concello aporta medio millón de euros a este proyecto, cuya financiación está repartida con otras administraciones. También se activarán dos convenios con la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, así como varias actuaciones adjudicadas en diciembre que quedaron pendientes de formalizar por falta de partida presupuestaria.
García subrayó que este tipo de gestión permite dar continuidad a las inversiones previstas sin necesidad de esperar a la aprobación del presupuesto general, que aún tardará unas semanas. «El presupuesto está prácticamente terminado. Solo faltan los informes técnicos, y confiamos en tenerlo aprobado en mayo», avanzó.
Reconocimiento deportivo para la milla urbana
Más allá de la gestión económica, la semana viene marcada por un reconocimiento que pone en valor uno de los eventos deportivos más emblemáticos del municipio. La milla urbana de O Barco, organizada por el Concello con la colaboración del club ADAS, recibirá este miércoles 26 de marzo en Ourense el Premio Galicia al Mérito Deportivo. Se trata de una de las pruebas más veteranas del calendario nacional (la tercera más antigua de España), con 41 ediciones a sus espaldas y un palmarés que incluye nombres como Fermín Cacho, Nuria Lugueros o Isaac Viciosa.
«Este premio es fruto del trabajo conjunto. Sin el empuje del ADAS no habría milla, pero sin el respaldo del Concello tampoco», reconoció el alcalde, que recogerá el galardón junto al concejal de Deportes y representantes del club y de la federación.
La cultura también ocupa un lugar destacado en la agenda local. El pasado viernes 21 de marzo, la actuación de El Brujo reunió a más de 240 personas en el Teatro Lauro Olmo, lo que confirma que el público está dispuesto a pagar un poco más cuando la oferta lo merece. «La gente responde si se ofrece calidad», afirmó García, quien recordó que muchas de las funciones están incluidas en circuitos subvencionados por la Xunta o la Diputación, lo que permite mantener precios asequibles.
Este viernes llegará Testosterona, de la compañía gallega Malasombra, una comedia que aborda con humor la desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. El alcalde espera que tenga también una buena acogida: «Es una obra actual, bien interpretada y con un mensaje que conecta con el público».
Críticas al paso de Veigamuiños, pero defensa de la solución adoptada
Finalmente, García se refirió a la reciente actuación en el paso elevado sobre la N-120, a la altura del barrio de Veigamuiños. La intervención, realizada por el Ministerio de Transportes como obra de urgencia, consistió en la retirada de la antigua estructura y la construcción de un nuevo paso. En un principio no se había contemplado habilitar una zona para la circulación de los viandantes, pero finalmente, sí se ha incluido una zona señalizada para peatones, tal y como habían solicitado venidos, BNG y PP.
Aunque desde la oposición se ha reclamado una solución más ambiciosa, el alcalde defendió la actuación: «Antes no había nada, solo un bordillo. Ahora hay un paso señalizado que los coches respetan. Es una obra de urgencia, es decir, cuyo objetivo es recuperar lo que ya había y que resolvió el problema».