Con resaca emocional «de la buena». Así llegaban este miércoles Celia, Maruxa y Carmiña, las hijas de Florencio Delgado Gurriarán, al Estudio de Radio Valdoerras-Onda Cero. Han sido días intensos para ellas, que regresaban a la tierra natal de su padre para homenajearlo con motivo del Día das Letras Galegas. Una celebración que ha superado con creces todas sus expectativas y que hizo que el viaje desde México y Estado Unidos merezca la pena.
Aseguran con nostalgia que Florencio «estaría en las nubes de felicidad» si llega a presenciar lo ocurrido durante estas jornadas. «Hubiera sido para él darse cuenta de que el trabajo que hizo por Galicia, y por Córgomo, está reconocido. Son amores correspondidos plenamente».
Y es que Florencio se fue al exilio, pero su corazón se quedó en Córgomo. Definen a su padre como un hombre «amoroso, cantador, cariñoso...» Pero también recuerdan como su mirada se llenaba de tristeza cuando recordaba lo lejos que estaba su tierra. «A veces se quedaba con la vista melancólica por su tierra y todo lo que pasó».
La infancia de Carmiña, Celia y Maruxa estuvo también marcada por ese amor a la aldea. Florencio «lo habló y lo cantó todo el tiempo. Crecimos con Córgomo como tierra prometida». También con el gallego, la lengua por la que tanto luchó el poeta. Ellas lo entienden y, aunque no lo hablan de forma fluida, lo cantan. «Ayer cantamos el himno gallego».
Pero sí aprendieron palabras sueltas, como "castiñeiros", "bolboretas" y todas esas figuras que su padre les pintaba sobre la tierra del parque en el que jugaban. «Siempre imaginaba la grandeza de Córgomo a través de la riqueza de la tierra, los viñedos, los castiñeiros...»
Además, destacan que su padre era un hombre muy feminista para la época. Siempre trató por igual a los 5 hermanos —los dos varones no pudieron viajar para el homenaje— y les inculcó la necesidad de estudiar, formarse «y hacer una vida profesional como mujeres libres. Es un mérito para un señor mayor». Entre risas Celia recuerda como su madre se molestaba cuando comenzó la moda de las minifaldas y «él le decía que nos dejara, que éramos jóvenes. Era sumamente inteligente y tenía el criterio muy abierto».
«Jamás pensé que sería tan emocionante»
Han sido días de ajetreo para las hermanas Delgado. El sábado llegaban a la comarca y desde entonces, los actos y homenajes no han cesado. Eso sí, cuando se subieron al avión no se imaginaban lo que iba a ocurrir. «Esto es una vez en la vida. Sabíamos que iba a haber mucho que hacer, pero yo jamás pensé que sería así de intenso y emocionante».
Unos días donde también hubo tiempo para reencuentros con esa familia a la que no han tenido tiempo de disfrutar debido a la distancia que les separa. «Todos han estado participando tanto y con tanto amor... Nos hemos visto pocas veces en la vida, pero uno se siente en casa».
También fue momento de volver a Córgomo, donde han podido ver el cambio a lo largo de estos años. «Me ha encantado ver la evolución. Me pesan las ausencias, como la de tía Rocío o la de amigos de la generación de mi padre, pero vimos a sus hijos y nietos, y el gran amor que siguen teniendo por él». Tampoco pudo acudir al homenaje su madre, que desde lejos vive estos días con melancolía. «Tiene 96 años y a ratos, pierde la memoria. Pero está encantada y canta mucho. También se emociona y tiene una morriña muy grande».
Ahora, toca despedirse de nuevo de la comarca, pero no es un adiós, sino un hasta pronto. «El corazón siempre está aquí. Esperamos venir pronto».
