viernes. 19.04.2024
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El actor valdeorrés Gabriel Prada, de Gargallada Teatro mostró ayer, una vez más, su saber hacer sobre las tablas de un escenario. Elevó el nivel del arte con su representación de "Quimera" una obra clown que traspasa fronteras, ayudada por que es muda. Prueba de ello fue su representación ayer en Marruecos, en el Festival Internacional de Teatro Amateur D´Oujda,  donde "Quimera" representó a España, en concreto a Escenamateur, la confederación de teatro amateur.

La obra es magia, es humor y bondad. Tres de las cualidades del clown y que Gabriel representa con fidelidad. Quimera habla de un payaso que trata de encontrar trabajo, que se enamora de una escalera y viven su amor sobre el escenario e incluso tienen niños-escalera. Una obra divertida y transparente que traspasa fronteras, gracias a que los gestos son universales. El clown, en la obra, solo busca la felicidad igual que la obra son 70 minutos en los que buscar el bienestar del público. "En una representación en Santiago de Compostela, había unos niños en primera fila que no se dejaban de reír y eran marroquíes", señala Prada, una prueba de que la obra podía ser llevada a otros lugares.

La obra es especial para el clown y es que fue creada junto con su compañero y maestro Paco González, antes de que éste último cayera enfermo. González fue clown en Alemania durante 40 años, actor y fundador de la compañía alemana Familie Floez, considerada una de las mejores compañías del mundo de teatro de máscaras. Por lo que Quimera se llena de diversos sentimientos.

Además la obra también tiene sabor valdeorrés y trivés, y es que la música es una parte importante de la misma. En concreto la de Vaamonde, Lamas & Romero, que le cedieron los temas del disco O tambor de prata, un homenaje a Os Trintas de Trives. Así, en Marruecos sonó también Galicia. "Un viaje por la música popular y culta  de Galicia en la primera década del Siglo XX".

Quimera parecía un compromiso con el futuro, y es que llevar esta obra tan lejos, es ya la propia quimera en sí misma. Quimera crea un mundo onírico, un sueño que ya conoció el público marroquí tal y como lo había hecho ya el gallego. Dos culturas unidas en el divertimento del teatro.

Gabriel Prada lleva su Quimera a Marruecos