viernes. 30.05.2025

Lo que hay detrás de una restauración: sentimientos, historia y fe

Sofía Anta fue la encargada de restaurar el retablo de la iglesia de Santa Marta, en Córgomo, y de otros muchos en la comarca. «Es un trabajo muy bonito, que requiere mucha paciencia pero da mucha satisfacción»
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Lo que hay detrás de una restauración: sentimientos, historia y fe.

El Día de Santa Marta, en Córgomo, fue el elegido para inaugurar el retablo restaurado por Sofía Anta. La propia artista —cuya familia paterna es de A Veiga— fue la encargada de explicar a los allí presentes los trabajos realizados. Hablamos con ella sobre esta restauración, pero también sobre todas las que elaboró en la comarca —y fuera de ella— y de lo que implica desempeñar este oficio

SOMOS COMARCA: Esta semana pudisteis inaugurar el retablo restaurado de la iglesia de Santa Marta, en Córgomo.

SOFÍA ANTA: Aprovechando la fiesta intentamos que el retablo estuviera listo para ser inaugurado allí. Es un retablo de 1700, de estilo barroco y se pintó y doró años más tarde. Es bastante grande y tenía degradaciones típicas de las obras de madera, doradas y policromadas: goteras, carcoma, humedad, polvo, muchísimo humo de velas y oxidación de los barnices antiguos.

Esto hacía que los colores no se apreciasen. Lo más llamativo es que había dos pinturas con las imágenes de San Pedro y San Pablo que no se veían, así hace unas décadas colocaron delante unas figuras de San José y el Sagrado Corazón. Al hacer todo el proceso, la gente notó mucho el cambio. Colores más vivos, un dorado más brillante...

SC: Sabemos que hay la opción de que puedas restaurar otro retablo en el mismo templo.

SA: Sí, es también madera tallada y le afecta el mismo tipo de degradaciones. Está dedicado a la Virgen del Rosario y es de 1750. Más pequeño y muchísima decoración, barroco pero rococó. Todos merecen la pena que se cuiden porque son obras de arte

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Detalle del retablo de San Miguel de Vidueira.

SC: Cuéntanos detalles sobre otras obras que hayas restaurado por la zona.

SA: Hace algunos años los retablos de Arcos, las pinturas murales de A Pobra —muy interesantes con figuras pintadas en el muro—, retablos de Alixo y Millarouso también. Uno de los más espectaculares y desconocidos fue el retablo de Seoane, en A Veiga, muy grande y con 14 figuras de talla, de madera. También una de las obras más interesantes de la zona, en Manzaneda, con el retablo de San Miguel de Vidueira

SC: ¿Cómo es trabajar como restauradora?

SA: Estudié Bellas Artes y desde el primer momento tuve claro que quería hacer Conservación y Restauración. Llevo desde el 1997 trabajando en esto y siempre ha sido así. Es un trabajo muy bonito, que requiere mucha paciencia pero la satisfacción de ver las obras terminadas merece la pena. Luego es verdad que cuando tienes que sacar toneladas de polvo, escombros y excrementos de murciélago tiene menos glamour, pero es parte del oficio. Además está la parte más minuciosa que es la limpieza, con muchos productos, para no perder la policromía original. 

SC: ¿Consideras que es un oficio suficientemente valorado?

SA: Sí, creo que con el tiempo se valora más. Yo que trabajo en pueblos más o menos grandes para ellos lo más importante es el retablo, los santos.. por la devoción, historia o por lo que supone para su vida: se han casado, hecho la comunión, funerales... Cuando intervienes en esas obras están agradecidísimos. Sí que es verdad que este trabajo se ha dado a conocer estos últimos años por polémicas de cosas horrorosas, pero no es para nada lo habitual. 

SC: ¿En Córgomo pudiste comprobar este agradecimiento?

SA: Cuando se hace una restauración se da una serie de recomendaciones para conservar las obras e insisto en el cuidado con las velas, evitar poner tantas flores delante del retablo... Ellos saben que deben seguir cuidándolo y estaban todos muy contentos, y con más razón siendo un día de fiesta. 

Puede escuchar la entrevista completa en este enlace de audio:

Lo que hay detrás de una restauración: sentimientos, historia y fe