
Problemas en el transporte, alza del precio de las materias primas y de carburantes, falta de componentes esenciales. La tormenta perfecta de la crisis de elementos está ya encima de todo tipo de industria y ha desbaratado los planes de las empresas, disparando los costes de producción.
Una situación de extrema complejidad, tal y como aseguran los empresarios que además parece ser que se extenderá durante varios meses. Pero esta consecuencia de la pandemia del covid-19 no pasa de lejos en la comarca de Valdeorras, sino que ya está aquí.
Escasez de hornillos a gas
A la falta de suministros, como microchips se ha unido el temor a un gran apagón energético a escala mundial. Razón por la que las ferreterías de Valdeorras no disponen, a día de hoy, de hornillos a gas. «Pero no solo nosotros. En los almacenes ya no hay», señalan desde Ferretería Moncho destacando que este es un problema generalizado en toda España. «Fue hace unos 15 días, cuando se empezó a hablar del apagón, que la gente empezó a comprar hornillos de gas y linternas», destacan señalando que estas últimas todavía se encuentran.
Ferretería Moncho, O Barco
«No hacemos ni listas de espera porque los proveedores no saben cuándo nos podrán servir, no hay producto», subrayan. Y es que la falta de contenedores para los barcos y de materia prima ha dejado los almacenes a cero. «Hay un problema general de falta de material. Ya no solo hornillos o linternas, tenemos falta de muchos productos que no sabemos cuándo llegarán, como productos de cristal o plástico», concluyen desde la ferretería barquense Moncho.
Automóviles
Un problema que se repite en los concesionarios de vehículos, donde ya hace meses que los automóviles de más alta gama tardaban meses en ser servidos. «Estamos sin coches en la exposición. La marca nos ha obligado a dejar uno por modelo, pero en otros concesionarios sabemos que hay uno u dos», explican desde Toyota Navaliegos. En su caso, les han asegurado que en enero se normalizará la situación, aunque por el momento quien adquiera un automóvil tardara unos meses en poder pasearse en él. «Depende del modelo y del acabado, pero la media es unos tres o cuatro meses de espera», destacan.
Fábrica de Autoneum en A Rúa
Sin embargo, las empresas que realizan parte de los elementos de los automóviles ponen su esperanza en la recuperación. Este es el caso de la fábrica de Autoneum, en A Rúa, especializada en componentes para la protección acústica y térmica de vehículos.«La fábrica de Autoneum no depende directamente de semiconductores para fabricar sus propios productos. La planta de A Rúa se ve afectada indirectamente por el desarrollo actual del mercado como consecuencia de la escasez de chips, en función de los plazos de entrega de los respectivos clientes», aseveran desde la empresa donde señalan que la demanda de vehículos por parte de los clientes finales sigue siendo fuerte por lo que esperan que la situación mejore en el transcurso de 2022 con un retorno esperado a los niveles de producción anteriores a Covid en 2023.
«Con una reducción de la escasez de semiconductores, Autoneum es probable que se beneficie de la demanda reprimida de los clientes y esperamos un crecimiento en línea con el mercado a medio plazo», concluyen.
Escasez de microchips
Este problema en los microchips también llega a los pequeños comercios electrónicos. Así, Óscar Yáñez de APP Informática asegura que de momento están consiguiendo existencias, aunque lo que más escasea es la tárjeta gráfica. "Tarjetas gráficas que antes costaban 600 euros ahora valen 900", destaca y asegura que hay pocas unidades de cada producto. "Hay clientes que ven un producto y si se lo piensan un día, cuando vuelven ya no está o tiene otro precio", destaca. En este mismo sentido, alerta que habrá un aumento en el precio de todos estos productos a partir de enero de 2022.
Óscar Yáñez, gerente de APP Informática O Barco
Transportes y pizarra
Pero este problema llega también al sector más potente de la comarca de Valdeorras, la pizarra. Desde el Clúster de la Pizarra de Galicia subrayan cómo han subido los costes de la escasa materia prima. Así, además de la energía en la que afirman que ha habido un alza del 100%, destacan el coste de fletar fuera de Europa que se sitúa entre un 200 o 300% de subida. Dentro de Europa la subida ha sido de entre un 15 y un 25%.
Además, materias primas necesarias para el sector de la pizarra, pero también para otros sectores, han alzado sus precios un 50% como son la madera, el acero o el aluminio mientras que el plástico cuesta un 40% más y los carburantes un 47%. También recalcan desde el Clúster que el coste de los explosivos ha visto incrementar su precio en un 20% y para los que se espera una subida de otro 50% en enero de 2022.
La pizarra, además también sufre otro de los problemas, la falta de transportistas. Joaquín Tato, presidente de Coasva, Conductores Asociados de Valdeorras, asegura que no encuentran personal para trabajar y argumenta que los bajos sueldos a cambio de un extenso horario que obliga a pernoctar varios días fuera de casa, no seduce a los trabajadores. «Se gana menos dinero ahora que hace 15 años con el mismo trabajo y la base de cotización también es muy baja», asevera. «Entendemos que los jefes no pueden asumir una subida de sueldos porque los portes no suben, pero si lo hacen el carburante, el coste de las autopistas…. Y ahora quieren empezar a cobrar las autovías, que si ya vas justo de precio este gasto a mayores te mata», puntualiza. «Si suben los portes, repercute en el consumidor y habrá menos trabajo».
Tato relata que esta realidad se refleja en las áreas de servicio, «cada vez hay un mayor número de ellas cerradas y es porque no puedes parar a comer todos los días, no se puede asumir ese gasto», puntualiza mientras matiza que hay empresas buscando choferes que no encuentran. «La gente joven no quiere sacar el carnet de conducir de camión porque tiene un coste, al que se suma el coste del CAP y de la tarjeta. Para que después estés siempre en la carretera sin ver a tu familia… O te gusta mucho o no te compensa», remarca.
Respecto al incremento de volumen de trabajo, el presidente de Coasva duda. «Sí y no. Hay mucho transporte para País Vasco, pero no hay transporte hacia nuestra zona. La gente no se atreve a subir al norte porque no tienen nada para traer. Por ejemplo, yo llevo pizarra a Vigo y está flojeando mucho porque al parar la automoción, paran líneas de barco y ya no hay donde llevarla», concluye Joaquín Tato.
Joaquín Tato, Presidente de Coasva
Joaquín Tato
Sin duda una realidad a nivel mundial que está viéndose reflejada en la comarca de Valdeorras. Las razones de esta crisis se remontan al momento del confinamiento, cuando muchas fábricas tanto en España como en Europa pararon su producción. El problema fue que en ese momento se disparó la venta online desatando la crisis en el transporte marítimo internacional al no haber barcos ni contenedores suficientes para atender la demanda.
Así muchos puertos colapsaron al recibir más contenido del habitual, de tal modo que las mercancías y materias primas llegan más tarde y más caras.