
«Fixemos un perímetro de 50 metros todo por encima do depósito, hasta por encima do colegio. Tivemolei con contralumes esta tarde. Conseguimos que non ardera ningunha casa». Quien habla es Javier, uno de los voluntarios que desde primera hora pelea contra el fuego en Rubiá. Sabe lo que hace, ya que fue uno de los voluntarios que consiguió que Roblido no fuera pasto de las llamas.

Junto a él, decenas de personas se han lanzado a desbrozar, levantar cortafuegos y regar los alrededores de las viviendas, decididos a no dejar que el incendio arrase con lo suyo.

Las llamas, visibles desde el colegio, avanzan hacia núcleos como A Veiga de Cascallá, obligando a la población a permanecer en guardia. A su lado trabaja la Unidad Militar de Emergencias (UME), aunque son los propios vecinos, apoyados por voluntarios de otros puntos, quienes están conteniendo el frente con sus manos.
El alcalde, Elías Rodríguez, seguía la evolución de la situación desde Xeade: «Sinceramente, o que hai aquí xao é un desastre. Aqui estamos fundamentalmente os veciños todos, os de aquí, os veciños de outros pueblos, de outros núcleos».

Entre esos voluntarios está Jorge, un joven que llegó desde O Barco: «É o único que podemos facer, non temos ferramentas, tampouco hai moita xente, agora han empezado a aparecer veciños, pero bueno, evitar é facer o todo posible. Sobre todo é un pouco a impotencia de estar na casa, ver como está todo ardendo».

Horas antes de hablar con el alcalde la que nos atendía era Isabel Arias, concejala de Rubiá, que describía la situación con inquietud: «Este é o que creo que viña de San Vicente, Tres Penas Marias e pa aquí». Según explica, el fuego que ya arrasó pueblos en Vilamartín de Valdeorras y ha obligado a desalojos en O Barco, sigue una trayectoria que amenaza con alcanzar A Veiga de Cascallá, en el propio concello de Rubiá.

El gran incendio, que comenzó el jueves en Larouco, ha arrasado ya 12.000 hectáreas en Valdeorras y Quiroga, según la última actualización de la Xunta.
Rubiá se suma así a la larga lista de pueblos de la comarca que lucha por proteger lo suyo y evitar que el fuego le arrebate aquello que tanto les ha costado construir y mantener.