A pesar de la amenaza de tormenta, que al final se convirtió en realidad con una gran tromba de agua, casi mil personas se dieron cita en la novena edición de la Ruta de Bodegas de Petín, la fiesta que pone fin a los eventos del verano de la villa.

Los participantes de esta ruta, acompañados por una charanga durante todo el recorrido, se vieron obligados a resguardarse de la lluvia, durante más de media hora, en las 12 bodegas abiertas en esta edición. Los asistentes pudieron degustar vino casero y refrescos acompañados de paella, panceta y ensalada de pasta.

Y es que esta fiesta es posible gracias a la implicación de los bodegueros y la Asociación Cultural Fontegrande, que trabajan durante días para ofrecer lo mejor de ellos a los visitantes, que este año descubrieron un gran numero de gente nueva llegada de varios puntos de Galicia y resto de España.

La noche terminó, como no podía ser de otra manera, con música y baile a cargo de una discoteca móvil en la plaza del pueblo