Nueva polémica en torno a las piscinas municipales de A Rúa. Las instalaciones abrían las puertas por última vez en este temporada de baño este 31 de agosto. Una decisión que según explica el alcalde, Álvaro Fernández, se debe a múltiples factores, entre ellos el meteorológico, ya que todo apunta a un descenso de temperaturas. «Viene un mes de septiembre que, según la predicción, no va a acompañar a este tipo de actividad. Fue una propuesta de la empresa concesionaria».
A esto se suma el adelanto del la vuelta al cole, programado para el 8 de septiembre, y el inicio de la vendimia. «Decidimos proceder al cierre porque no hay mucha afluencia ya. Nos parece absurdo porque todas las piscinas tienen programado cerrar este fin de semana. La diferencia es pequeña».
Una decisión que ha desagrado a la oposición. La portavoz del BNG, María González Albert, publicaba a través de sus redes sociales una queja en la que explica que el cierre fue anunciado «a través dun aviso na porta escrito a bolígrafo». Explica que las instalaciones han estado abiertas un mes y medio siendo los más perjudicados los usuarios del recinto «e sobre todo aquelas persoas que pagaron por un bono de tres meses cunha tempada que durou exactamente a metade do que debería no verán máis caluroso das últimas décadas».
Por otro lado, anuncia la petición de la documentación del contrato por registro municipal de la primera quincena de julio «despois de que o alcalde se negase a convocar o pleno ordinario dese mes para dar explicacións. Hoxe, a 1 de setembro, aínda non se nos proporcionou ningunha información». Además, el partido ha pedido al Parlamento de Galiza las copias de todas las analíticas realizadas en los tres baños durante el verano «para comprobar até que punto se cumpriron durante este tempo os parámetros de salubridade marcados por lei en cada un deles».
