domingo. 16.11.2025

Dr. Emilio González: «El bienestar emocional está muy relacionado con el dolor»

Hernias, ciáticas, estenosis… pero también estrés, hábitos y bienestar emocional. Los doctores González y Matos explican por qué el dolor de espalda no tiene una única cara y qué puede hacer hoy la neurocirugía por quienes lo sufren
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Dr. Emilio González: «El bienestar emocional está muy relacionado con el dolor»

Los doctores Emilio González y Giancarlo Matos llevan apenas mes y medio trabajando en la Clínica Ponferrada, pero ya han llenado sus consultas. Ambos son neurocirujanos y comparten una visión muy clara: detrás del dolor de espalda no hay una única causa y tampoco una única solución. Lo explican con calma, con una mezcla de precisión médica y cercanía que agradece cualquier paciente que llega asustado por un pinchazo que no se va o una ciática que paraliza.

Emilio González resume su campo de trabajo de forma directa: «Tratamos enfermedades del cráneo y de la columna». En el primer grupo entran tumores cerebrales, patologías vasculares, hidrocefalia o incluso algunos casos de Parkinson susceptibles de cirugía. Pero donde más carga asistencial tienen es en la espalda: «Hernias discales, estenosis de canal, ciáticas… toda esa patología que, cuando aparece, condiciona la vida de una persona».

La unidad en la que trabajan es un engranaje que combina traumatólogos, radiólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas y reumatólogos. Giancarlo Matos destaca que esa coordinación es clave para entender el dolor desde todos los ángulos.

Y reconoce algo más: la apuesta tecnológica del grupo Recoletas ha marcado un antes y un después. «Tenemos quirófanos ampliados, instrumental nuevo y un microscopio de última generación que nos permite trabajar con una precisión enorme», explica. Ambos vienen de operar juntos en el Hospital de León y de publicar artículos científicos; llegar a Ponferrada con esta infraestructura ha sido, para ellos, un impulso evidente.

Cuando se les pregunta por qué duele la espalda, la conversación se abre. No existe un único perfil. Para quienes trabajan en profesiones físicas, aparecen fracturas y sobrecargas. En personas mayores, los procesos degenerativos estrechan el canal por el que pasan los nervios y aparecen las ciáticas o la dificultad para caminar. En los jóvenes predominan las hernias discales. La edad y la ocupación cuentan más de lo que parece.

Pero el punto más llamativo llega cuando la conversación gira hacia el estrés. González lo subraya sin dudar: «La actividad cerebral influye muchísimo en el dolor, y el estrés altera esa actividad». El insomnio, la ansiedad, la depresión o la falta de descanso agravan los síntomas.

El cuerpo se vuelve más sensible y las lesiones musculares tardan más en recuperarse. Matos completa la idea: «El dolor tiene muchas caras. El bienestar emocional marca una diferencia enorme». Hábitos sencillos como caminar, mantenerse activo o tener apoyo familiar generan endorfinas, sustancias que el propio cuerpo utiliza para modular el dolor.

La pregunta inevitable es cuándo hay que operar. No tanto por miedo, sino por saber dónde está el límite. Matos recuerda que solo el 15 % de los pacientes llega a quirófano, pero existen señales de alerta que no deben pasarse por alto: dolor invalidante, pérdida de fuerza, caídas, alteraciones en la marcha o síntomas más graves como los relacionados con la vejiga o las heces. «Si el dolor dura más de dos semanas, no calma con medicación y empieza a impedir la vida diaria, es momento de acudir al especialista», insiste.

Si la cirugía se vuelve necesaria, el proceso es delicado. Y aquí la técnica y la humanidad van de la mano. González explica que su especialidad, la microcirugía, exige una precisión extraordinaria: «Trabajamos con un microscopio que permite ver los tejidos a escala mínima. Tratamos la espalda con la misma delicadeza con la que operamos un aneurisma o un tumor cerebral». Y ambos coinciden en la importancia de la cercanía con el paciente. La empatía no es un añadido. Forma parte del tratamiento.

El mensaje final que comparten es sencillo, pero contundente. Matos lo formula mirando directamente a quien lleva meses conviviendo con el dolor: «No pierdas la esperanza. Hoy hay alternativas sólidas y equipos preparados para devolverte independencia. Queremos que la gente vuelva a caminar sin miedo, a disfrutar, a vivir sin estar pendiente del dolor».

Y después de escucharlos, uno entiende por qué tantos pacientes entran en consulta encogidos y salen, al menos, con un poco más de luz.

Puede escuchar aquí la entrevista completa:

Dr. Emilio González: «El bienestar emocional está muy relacionado con el dolor»