
El pasado 9 de septiembre 1.485 alumnos regresaban a las aulas en Valdeorras. Entre los principales cambios se encontraba el cierre de un aula en el CEIP Manuel Folla de Respino de Vilamartín. Este cambio ya había sido anunciado en julio por la Consellería de Educación y, a pesar de los esfuerzos realizados, no fue posible revocar la supresión.
Desde CCOO Ensino han realizado un balance de este nuevo inicio escolar y, entre los puntos señalados, destacan este cierre. Aseguran que los efectos del descenso demográfico «empiezan a notarse los efectos en los centros públicos, mientras los centros concertados mantienen intactos». Por ello piden que dicha repercusión sea igualitaria.
Por otro lado critican que la Consellería insista en el concepto de grupos burbuja «y se niegue a incrementar las distancias entre el alumnado. En lugar de aprovechar la bajada del número de alumnado y mantener el mismo número de aulas, lo que hizo fue agruparlas».
Una medida que también apoyan para Secundaria. Solicitan «que se mantenga la distancia de metro y medio para no poner en peligro la salida de la pandemia, reduciendo así el ratio y manteniendo de esta forma el grueso de contrataciones COVID un curso más». Incluso consideran insuficientes estas contrataciones. «De ahí nuestra campaña que iniciamos este curso Menos es Más, poniendo el valor la clave educativa que supone la merma de ratios para asegurar equidad y calidad de la enseñanza».
Otra de las cuestiones que rechazan de este nuevo protocolo está directamente relacionada con la limpieza. «Es imprescindible incrementar personal, sobre todo en los centros que cuentan con una única persona para estas tareas, ya que, como indica el protocolo, tendrían únicamente un tercio de la jornada coincidiendo con la actividad lectiva».