Los vecinos y la Policía Local destacan el buen comportamiento de todos los asistentes al camposanto
La calma ha regresado a los cementerios de la comarca. Tras un Día de Todos los Santos atípico, algunos rezagados visitaron este lunes, 2 de noviembre, el camposanto para pasar un rato junto a la tumba de sus seres queridos. Y es que ayer no se podía pasar más de media hora dentro del recinto. Tampoco se aconsejaba ir en horas puntas, ni se ofició la tradicional misa de difuntos. Todo ello con el objetivo de evitar posibles contagios de Covid-19 motivados por las típicas aglomeraciones que suelen darse en un día como este.
La Policía Local de O Barco, encargada de regular los accesos al cementerio, destaca la responsabilidad de la población a la hora de entrar, salir y mantener distancias y medidas de seguridad en el lugar. Opinión que comparte una vecina que hoy se encontraba en la zona: «Se llevó bien. La gente fue bastante respetuosa».
Es más, según cuentan los allí presentes, hacía las 16.00 horas de la tarde apenas quedaban asistentes. «Había muy poca gente, aunque el día anterior sí hubo mucha». Y es que, haciendo caso a las recomendaciones de las autoridades, los vecinos aprovecharon las jornadas anteriores al propio Día de Todos los Santos para acudir a colocar flores, limpiar panteones y visitar a sus seres queridos.
Este comportamiento cívico ha sido ejemplo de la colaboración de los ciudadanos para intentar parar esta crisis sanitaria, aunque eso no quita que se hayan echado en falta las reuniones y las misas. «Fue un aburrimiento, la gente está muy mal contenta con esto, pero tiene que ser así», nos comentaba otro de los presentes en el cementerio. Sin embargo, otra vecina asegura no haber extrañado la homilía debido a «la circunstancia en la que estamos. No se produjeron aglomeraciones y hubo más intimidad».
