
En A Rúa, la bodega Joaquín Rebolledo guarda algo más que vinos: guarda historias. Historias que nacen del esfuerzo, del conocimiento y, sobre todo, del amor por un oficio que transforma uvas en emociones embotelladas. Hoy, esa pasión lleva el nombre de Catalina Maroto, enóloga de la bodega, que nos recibe con la misma frescura que un buen Godello.

«La cosecha de este año ha sido espectacular», afirma Catalina con una sonrisa que refleja orgullo y satisfacción. «La calidad y cantidad han sido excepcionales, tanto en Godello como en Mencía. Hemos recogido unos 700.000 kilos entre ambos, un poco más que el año pasado».
Mientras lo cuenta, detalla la complejidad que implica cada vendimia, desde los pequeños minifundios de Valdeorras hasta el cuidado de cada parcela. Aquí, cada hectárea tiene su propia personalidad, y eso se refleja en el vino.
El alma de los hijos líquidos
Hablar de sus vinos es para Catalina como hablar de sus hijos, porque, como se dice habitualmente, «es difícil para una madre escoger solo a uno». Cada vino tiene su carácter y para ella todos son buenos, aunque reconoce que, como ocurre con los hijos, el primero siempre es un ensayo. «Con el mayor pruebas y aprendes, y con los siguientes vas mejorando y enmendando errores», explica entre risas.
Este año, el niño de sus ojos es el Godello, ya embotellado y listo para conquistar paladares. «Está muy rico, de verdad. Es fresco, rebelde, pero al mismo tiempo elegante. Te invita a tomar otra copa». En su descripción, casi se puede imaginar la frescura de este blanco en el paladar, con notas de fruta madura y un toque mineral que recuerda a las entrañas de Valdeorras.

Más allá de los premios
Aunque insiste en que los premios no son lo más importante, reconoce que le gusta recibirlos y no oculta la emoción al recordar algunos de los galardones recientes de la bodega. Entre los más destacados están el Acio de Ouro y el Acio de Prata otorgados en las Catas de Galicia, donde su Godello fue reconocido en distintas ediciones.
Además, el Mencía 2023 recibió el premio al mejor tinto en la Cata Popular de la Feira do Viño de Valdeorras. «Cuando me dan un premio, voy más contenta que unas pascuas», dice entre risas. Pero, más allá de los flashes y los diplomas, lo que le importa es el reconocimiento de los consumidores, quienes alaban constantemente la calidad de sus vinos.

Maridajes para Navidad
«¿Qué vino le pondrías a una cena de Navidad?», le preguntamos. Catalina se detiene un momento y luego dice: «Nuestros Godellos jóvenes son perfectos para platos ligeros, pescados y mariscos. El Finca Trasdairelas, con su paso por barrica, acompaña pescados más intensos. Y los tintos, como el Mencía joven o el tinto barrica, van de maravilla con carnes y comidas más contundentes». Sin embargo, concluye con una reflexión práctica: «Al final, el mejor maridaje es el que te hace feliz».

Un legado embotellado
La bodega Joaquín Rebolledo ofrece una selección que abarca desde el fresco y afrutado Joaquín Rebolledo Godello hasta el estructurado Joaquín Rebolledo Tinto Barrica, pasando por el Finca Trasdairelas, un Godello con paso por barrica de roble francés y húngaro, el exclusivo Socas, elaborado con uvas de la parcela Freixido y envejecido en roble francés y de acacia, y el Joaquín Rebolledo Mencía, un tinto joven frutal y fácil de beber. Cada botella cuenta una historia, y como dice Catalina, «si no os gustan, venid y reclamadlo». Es su forma de apostar todo por la calidad.

En cada botella de esta bodega hay esfuerzo, pasión y una historia que espera ser descorchada. Esta Navidad, un Joaquín Rebolledo en la mesa no es solo un vino, es una experiencia que merece ser vivida.
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