
En lo alto de Valencia do Sil, en el concello de Vilamartín de Valdeorras, un equipo de arqueólogos ha descubierto lo que podría ser un barrio completo de época tardorromana, con más de 200 metros cuadrados de estructuras perfectamente articuladas en torno a un gran muro central. Es el hallazgo más importante en años en el yacimiento de O Castelo, un enclave que ya había dado pistas sobre la actividad metalúrgica de la zona, pero que ahora revela también cómo vivían —y cómo construían— las élites que impulsaron esa economía.
«Hemos localizado hasta cinco estancias distintas y creemos que podría tratarse de un conjunto de viviendas», explica Carlos Tejerizo, director de las excavaciones y miembro de la Asociación Científica Sputnik Labrego. «Este año hemos intervenido por primera vez en una zona nueva del yacimiento, gracias al apoyo del Concello de Vilamartín, y lo que estamos encontrando tiene un potencial enorme».
El complejo se ubica en una cota superior a la ya conocida casa romana excavada en los años 70 y está organizado en torno a calles que estructuraban el espacio. A diferencia de lo encontrado hasta ahora —una fragua y restos productivos—, esta zona apunta a un uso residencial de mayor calidad, con construcciones complejas y materiales de procedencias diversas. «Hemos localizado cerámica africana, ánforas de importación… Eso indica que este lugar estaba conectado con circuitos comerciales a larga distancia», apunta Tejerizo.
Todo encaja con la imagen de una Valdeorras activa y próspera en los siglos finales del Imperio. «Sabemos, por otros yacimientos como A Cigarrosa o A Pobra, que esta comarca vivió una expansión económica importante. Y para eso se necesitaban herramientas. O Castelo pudo ser uno de los centros que fabricaban esos útiles de hierro y cobre que permitieron cultivar, construir y comerciar», señala.
De hecho, los arqueólogos no descartan que este nuevo complejo residencial albergara a las élites que controlaban esa producción. El hallazgo de una pepita de uva años atrás y de semillas de trigo y centeno sugiere también una actividad agrícola relevante. «Es una hipótesis sugerente: que aquí no solo se producía, sino que también se gestionaban explotaciones agrícolas y viñedos».
Sin embargo, no todo son buenas noticias. El equipo ha denunciado recientemente un aumento alarmante de los espolios en la zona. «En campañas anteriores encontrábamos uno o dos agujeros. Este año hemos localizado entre 30 y 40, lo que nos hace pensar que puede haber detrás un grupo organizado», advierte Tejerizo. Por ello han dado parte a la Guardia Civil, recordando que el patrimonio «es de todos y hay que protegerlo».
Para acercar este descubrimiento a la ciudadanía, el Concello de Vilamartín de Valdeorras y Sputnik Labrego organizan una visita guiada el próximo miércoles 28 de mayo a las 18:30 horas, con punto de encuentro en la fuente de la plaza de Valencia do Sil. «Merece la pena el esfuerzo de subir. Las construcciones que estamos viendo son impresionantes», concluye Tejerizo.