La ruta del Río Farelos es mucho más que un lugar para caminar en familia o con amigos, es mucho más que una ruta de senderismo. La ruta del río Farelos es el corazón de algunos vecinos de Arcos que han querido adecentar una parte preciosa de su concello para el disfrute de todos; un lugar con leyenda donde la verdadera magia no es la bruja que habita en ella sino la camadería de aquellos que la han puesto en marcha.
Carlos López Gudiña, Carlos Vázquez, Juan, David, Chicago, David y Luisito han sido las personas que, entre 2019 y 2020, decidieron limpiar esta ruta para el deleite de los visitantes. Pero la limpieza ha llevado a crear puentes con vigas de hierro, a hacer escaleras e incluso a invitar a quienes la visitan a atar un lazo en un árbol para pedir un deseo. “Comenzó siendo una locura. Empezamos pro el arroyo y hemos adecentado nueve kilómetros”, puntualizó.

Como cuenta Carlos López, en esta zona de Arcos «no existía nada», por lo que decidieron limpiar, corta la maleza y señalizar la zona para que los visitantes pudieran conocer la ruta. Una zona indicada, señalizada y llena de montículos de piedras que indican los desvíos.

Este trazado sale de la zona del parque infantil y se dirige hacia la iglesia de San Xulián de Portela. Son aproximadamente 6 kilómetros aunque, existe la posibilidad de seguir adelante y llegar a una cascada.

A la salida se muestra cuántos kilómetros hay hasta cada punto, no solo la iglesia sino también la presa de Córgomo, la Madre de Agua, Padros de Cabeza, Lameiro y la cascada de Chapacuña a 12 kilómetros de distancia y donde se unen dos arroyos. “Lo ideal con niños son los tres primeros kilómetros. Sienten algún pájaro, ven el arroyo…”, destaca.

En el primer kilómetro ya está presente la magia. En la poza de la bruja, una meiga recibe a los caminantes. “Cuando éramos pequeños, había un pozo profundo en el río y veníamos a bañarnos. Nuestras madres nos decían que había una bruja y siempre nos daba esa sensación. Por eso decidimos recordarlo”. Un lugar precioso, elaborado de manera natural con pizarra y rodeado de vegetación y fauna.

Cercana a ella está la Cueva dos Mouros, “se decía que comunicaba desde Arcos a Mazos”, puntualiza Carlos mientras muestra un canal elaborado por ellos mismos. Un primer kilómetro de recorrido que llega a un puente y zona de descanso que es solo el principio de este camino, limpiado con corazón para el disfrute de todos los vecinos.