
Desde hace más de 20 años el Salón Parroquial de Rubiá abre sus puertas que las personas puedan visitar su Belén. Con más de 600 figuras repartidas en 500 metros cuadrados es uno de los nacimientos más realistas de la zona y, este año, incluye nuevas figuras en movimiento.
El Bélen tiene un estilo hebreo, que se caracteriza por tener unas edificaciones en forma de cubo imitando la piedra. En él se diferencian varias zonas geográficas, Nazaret, Incarín, Jerusalén, Belén y Egipto y en cada una de estas se recrean distintas escenas bíblicas, desde la anunciación del Ángel a la Virgen hasta el bautizo en el río Jordán.
Carmen Núñez, de la Asociación de belenistas de Rubiá, es la encargada de la parte artística y su cuñado, Toño, de la parte mecánica. En un primer momento, el belén estaba recogido en la iglesia, pero a medida que fue incorporando figuras y complementos, se traspasó al Salón Parroquial donde está actualmente.
Con él, se pretende mostrar de manera fidedigna como era la sociedad en la época de Jesús, por ello, a lo largo de su extensión, podemos encontrar alfareros, pescadores, pastores o incluso el proceso completo de la elaboración del pan desde que se planta el trigo. Este año se incorporan nuevos movimientos como el pescador, la noria o el taller de Nazaret. Además, cuenta con cuatro espacios temporales que van alternando: el amanecer, el día, el atardecer y la noche.
Todo el belén está elaborado de forma artesanal, se trata de «una catequesis visual y su mayor característica es la armonía», destaca Carmen. Asimismo, se puede visitar todos los días hasta el 10 de enero de 17:00 a 20:00 horas y, a partir de ese día hasta la primera semana de febrero los sábado y domingos.