
La marcha atlética gallega vive un momento de esplendor gracias al talento y la constancia de dos jóvenes promesas que ya se han convertido en referentes: Mateo Valcarce y Paula Cela. Ambos, formados desde la infancia bajo la tutela de Tinín González, han demostrado que el esfuerzo, la disciplina y el apoyo familiar son claves para brillar en una disciplina tan exigente como la marcha.
Con apenas 14 años, Mateo acumula ya un palmarés envidiable: campeón gallego en ruta durante dos temporadas consecutivas, récord autonómico en cinco y tres kilómetros ruta, y un futuro que apunta a lo más alto. Su objetivo inmediato es claro: «Quiero poder subirme al pódium de España y, en diciembre, aquí en casa, intentar volver a ser campeón de España. Con el nivel actual, seguramente para lograrlo tenga que batir el récord nacional, y voy a intentarlo», confiesa con la madurez de un deportista que ya piensa en grande.
Paula, por su parte, vive también un presente prometedor. Campeona gallega este año y subcampeona en temporadas anteriores, avanza con paso firme: «Me gustaría seguir quedando campeona de Galicia y, en los campeonatos de España, hacerlo lo mejor posible e intentar mejorar mi marca». Su constancia y serenidad la han convertido en un ejemplo para las nuevas generaciones del club.
La importancia de la constancia y el sacrificio
El camino no es fácil. La marcha requiere técnica, resistencia mental y una gran capacidad de sacrificio. Los dos atletas lo saben bien: entrenamientos de cinco o seis días a la semana, renuncias a planes propios de su edad y el apoyo imprescindible de sus familias. «Mi padre me acompaña muchas veces a los entrenos, ya sea en bici o marcándome el ritmo en pista. En competición pienso en ellos y eso me da fuerzas para seguir adelante», explica Mateo.
Paula coincide: «No es lo mismo entrenar sola que acompañada. Mi familia me motiva y me ayuda mucho».
El entrenador, Tinín González, subraya la dimensión humana de este esfuerzo: «La marcha no solo es técnica, también es soledad. Lo más duro es salir a rodar kilómetros en invierno, con frío, oscuridad y cansancio. Por eso el apoyo de la familia y del grupo es fundamental».
Más que resultados: referentes en O Barco
Lo conseguido por Mateo y Paula trasciende lo deportivo. En una localidad como O Barco, con apenas 14.000 habitantes, su ejemplo inspira a otros jóvenes a adentrarse en el atletismo. «Son referentes para los niños del club. Gracias a ellos, muchos ven la marcha como algo bonito, como una oportunidad para crecer y llegar a campeonatos de España», destaca González.
Y es que, como recuerda el técnico, llegar a un nacional es ya un logro enorme: «La gente debe saber que clasificarse para un campeonato de España es muy difícil. Solo eso ya tiene un valor inmenso».
Mirando al futuro
Con la mirada puesta en octubre, cuando participarán en el Campeonato de Federaciones Autonómicas con la selección gallega en La Nucía, y en diciembre, cuando O Barco acogerá el Campeonato de España de ruta, tanto Mateo como Paula saben que tienen por delante retos exigentes, pero también ilusionantes.
«Cuando cruzo la meta y levanto los brazos siento que todo el esfuerzo y la constancia se reflejan en ese momento», afirma Mateo. Paula lo resume con la misma emoción: «Si el resultado es bueno, la felicidad es enorme porque ves reflejado todo el trabajo».
Ambos son ya, a su manera, campeones. Y, como concluye Tinín, «estos chicos son dignos de admirar: no solo por sus títulos, sino porque han entendido que el deporte es una escuela de vida, un camino de constancia, sacrificio y superación».