sábado. 31.05.2025

Cómo lograr un césped perfecto esta primavera, según el experto Carlos Terán

No solo hay que plantar y abonar, un césped perfecto necesita más cuidados. También es importante elegir bien el tipo de semilla 
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Cómo lograr un césped perfecto esta primavera, según el experto Carlos Terán

No hay jardín que se precie sin un buen césped. Pero lograr que esa alfombra verde esté en su punto justo de densidad, color y frescura cuando llegan las buenas temperaturas no es cuestión de azar. Requiere planificación, cuidados y, sobre todo, conocer los tiempos y las variedades. Carlos Terán, propietario de Agricentro Terán, lo explica con claridad y sin rodeos: «Ahora es uno de los mejores momentos para sembrar».

Cada vez más personas se animan a cuidar su terreno o a crear desde cero un espacio verde. Terán lo nota en el incremento de consultas que recibe en primavera, una estación que —aunque oficialmente acaba de comenzar— se ha adelantado este año con temperaturas inusualmente altas. Eso invita a salir al jardín… y a prepararlo.

Para Terán, la mejor época del año para plantar césped sigue siendo octubre y noviembre. «Así, cuando llega la primavera, ya lo tienes fuerte, con dos o tres cortes encima». Pero si no se ha hecho en otoño, abril y mayo ofrecen una segunda oportunidad, siempre que se sigan los pasos adecuados: preparar bien el terreno, aportar nutrientes y elegir la variedad adecuada.

Y si se trata de resembrar zonas que han quedado calvas o se han estropeado, también es buen momento, siempre que se haga con criterio: «Hay que valorar cuánto césped bueno tenemos y cuánto es mala hierba. A veces no compensa tratarlo».

Preparar el terreno: la clave está debajo

El trabajo comienza bajo tierra. Si el terreno está duro y sin trabajar durante años, conviene ararlo bien. En suelos más sueltos basta con fresar y alisar. Después, se añade una mezcla de abono mineral y materia orgánica para que las semillas encuentren alimento al germinar.

«La semilla hay que taparla con una capa fina de sustrato y luego pasar el rodillo para que se clave bien en el suelo», detalla. El riego, imprescindible, debe ser suave, tipo lluvia, para no desplazar la semilla. Y la paciencia es esencial: puede tardar entre 15 y 20 días en asomar y necesitar un mes y medio para el primer corte.

Aunque el terreno esté bien preparado, hay factores que pueden estropear el resultado. Uno de ellos son las malas hierbas, que germinan al mismo tiempo que el césped. Por eso, tras el primer corte, es importante aplicar herbicidas selectivos —de uso doméstico— que actúan sobre la hierba mala sin dañar la buena. Pero ojo: «Después hay que resembrar las zonas tratadas. Si no lo haces, volverán a colonizarlas».

También hay que vigilar el musgo, que avanza silenciosamente si no se aplica sulfato de hierro. Y los pájaros, que pueden comerse la semilla, aunque en esta época suelen dar menos problemas que en verano.

¿Todos los céspedes son iguales? No, y elegir bien marca la diferencia

«Tenemos al menos ocho variedades distintas», cuenta Terán. La elección depende del uso que se le va a dar al jardín. Hay semillas especiales para zonas sombrías —como bajo los árboles— que germinan con poca agua y aguantan bien la sombra. También está el césped deportivo, con hojas más anchas y resistentes, ideal para casas con niños o para quienes usan mucho el jardín.

La mezcla jardín es la opción universal. Y para quienes necesitan resembrar, existe una variedad específica de germinación rápida, ideal para igualar zonas. «Siempre aconsejamos que la gente guarde el tipo de semilla que ha usado. Si no, después no se puede igualar bien el color ni el crecimiento».

Otra variedad destacada es el césped RTF, pensado para zonas con poca agua o con desniveles, ya que incorpora trébol blanco, que ayuda a fijar la tierra y soporta mejor la sequía. Y para quienes usan robot cortacésped —cada vez más habituales en segundas viviendas o parcelas grandes— hay semillas de crecimiento lento, que se regeneran por sí mismas y resisten el corte diario.

Si el jardín tiene distintas zonas —sombra, sol, piscina, paso frecuente—, se pueden combinar semillas, aunque eso implique matices diferentes de color. «Lo importante es adaptar cada zona a sus condiciones», subraya Terán. El corte se puede hacer de forma homogénea, así que el mantenimiento no se complica.

Plantar bien es solo el principio. Lo que diferencia un jardín espectacular de uno mediocre es el mantenimiento. «La mayoría riega y corta, pero no abona. Y eso es un error», advierte. El riego constante arrastra los nutrientes del suelo, y el césped necesita ser alimentado.

La pauta ideal es sencilla: abono mineral una vez al mes entre marzo y octubre, y abono orgánico durante el invierno. Así se evita el amarilleo, se refuerza la resistencia al pisoteo y se mantiene ese tono verde que tanto gusta. Porque sí, el césped también sufre cuando nos tumbamos sobre él durante horas.

Carlos Terán lo resume con una sonrisa: «El césped es muy agradecido, en cuanto le das algo, responde». Pero también exige constancia, criterio y un mínimo de conocimientos. Porque ese verdor que todos admiramos en primavera se empieza a trabajar mucho antes, con la semilla adecuada, en el momento justo y con el cuidado que merece.

Puedes escuchar aquí la entrevista completa:


 

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