
Está será recordada como una de las vendimias más madrugadoras de la historia de Valdeorras, aunque bien es cierto que desde hace un par de años la cosecha arranca a finales de agosto. Las condiciones climatológicas siguen cambiando y, además, este año se suman otros problemas importantes, como la sequía o las altas temperaturas.
Ha sido Godeval la primera, y mañana será el turno de Valdesil. Eso sí, ahora todos miran al cielo ya que las previsiones apuntan a posibles tormentas en las próximas jornadas. Una lluvia que podrá modificar la dinámica de la recogida. «Si llueve mucho igual habría que dejar que secara y que las vides aprovecharan. Pero con la lluvia prevista no será un retraso nada significativo», señalaba esta mañana el presidente del Consello Regulador de la Denominación de Origen Valdeorras, José Luis García Pando.
El objetivo es igualar o incluso superar los excelentes niveles de calidad obtenidos el año pasado, así como las cantidades de uva recogidas, que en 2021 se fijaron en 4,7 millones de kilos, aunque es pronto para hacer previsiones. «Con los primeros datos podremos tener una idea más significativa. Hasta ahora hay mucha desigualdad».
Se presentan semanas complicadas por delante para los viticultores. «La vendimia siempre es un momento de estrés y preocupación». Un año más se suma la dificultad de conseguir mano de obra. «Siempre hay demanda de mano de obra en semanas , cuando coincide que todas las bodegas están abiertas. Después, se va espaciando».
El objetivo es igualar o incluso superar los excelentes niveles de calidad obtenidos el año pasado, así como las cantidades de uva recogidas, que en 2021 se fijaron en 4,7 millones de kilos.