lunes. 02.06.2025

Seika: metal joven y solidario desde Valdeorras

Con edades entre los 18 y 22 años, Adrián, Jorge, Manilo, Nerea y Rodrigo han encontrado en el metal no solo un estilo musical, sino una forma de vida. En apenas nueve meses como banda, han crecido más de lo que ellos mismos habrían imaginado
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Seika: metal joven y solidario desde Valdeorras

Hay momentos en los que la música no solo conecta con los oídos, sino también con el corazón. Este 6 de diciembre, Seika, un joven grupo de metal formado en O Barco de Valdeorras, lo demostrará en el Teatro Lauro Olmo. Allí participarán en el concierto benéfico para apoyar a los afectados por la DANA en Valencia, un evento que, además de solidaridad, promete un derroche de energía y pasión.

El nombre del grupo tiene su origen en los recuerdos de la infancia de Adrián. «Seika viene de una expresión que usaban mis padres cuando hacía alguna tontería: 'Seica vas a levar unha labazada', algo así como 'Seica vas a cobrar'», explica el batería con una sonrisa. Una frase que marcó su niñez y que, en palabras de los integrantes, conecta perfectamente con la esencia del grupo: directa, sin rodeos, pero llena de autenticidad.

Adrián, a sus 22 años, habla con calma, como si su vida estuviera medida por el compás de su batería. Tiene los brazos tatuados, pero quizás el tatuaje más imborrable sea el que dejó su hermano mediano, quien lo sentó frente a una batería cuando tenía apenas 8 años. «Desde entonces no me he levantado. Mi hermano escuchaba de todo: Extremoduro, Marea, Slipknot… y poco a poco me metí en este mundo», cuenta con una mezcla de orgullo y nostalgia.

Manilo, el guitarrista, es algo más tímido, aunque se delata con los tatuajes de símbolos del póker en los nudillos: una apuesta constante por la música. «Siempre escuché rock en casa. Mi padre era de ACDC y Guns N' Roses, pero fue Rodrigo, nuestro guitarrista, quien me empujó al metal. Cuando empecé a tocar esos temas, descubrí que era lo mío», explica. Su primera experiencia en un grupo fue como bajista en una banda previa, pero tenía claro que lo suyo era la guitarra. Hoy, a sus 21 años, disfruta de un camino que apenas comienza, pero que se siente como suyo.

El vocalista Jorge, con 20 años, es quien más sorprende. A primera vista parece el más reservado, sin tatuajes visibles ni una pose que llame la atención. Pero cuando toma el micrófono, algo cambia. «Nunca había cantado. Adrián me lo propuso un día y, aunque no tenía experiencia, dije que sí. Al principio era un desastre, pero la conexión entre nosotros era increíble, y con el tiempo he mejorado muchísimo», dice con una sonrisa que mezcla humildad y seguridad.

La conexión de Seika

El grupo comenzó como un sueño de Rodrigo, el guitarrista principal, que quería formar una banda de metal. Poco a poco, los integrantes se encontraron, ya fuera por casualidad o, como bromean, «por la magia de las redes sociales». Su primer ensayo en el local de AMAVA (Asociación de Músicos de Valdeorras) marcó un antes y un después. «Hubo feeling desde el principio», recuerda Adrián.

A lo largo de estos meses han tocado en lugares como la sala Baranda, donde sorprendieron a un público que llenó la sala incluso a altas horas de la madrugada. «Pensábamos que no vendría a nadie, y fue todo lo contrario. Ese día nos dimos cuenta de que podíamos gustar, aunque nuestro género no sea el más popular», comenta Manilo.

Metal con corazón

El concierto del 6 de diciembre será especial. Han seleccionado los dos temas más tranquilos de su repertorio, adaptándose al carácter solidario del evento. «Queremos que todo el mundo se sienta cómodo, pero sin perder nuestra esencia. Al final, el metal también tiene letras profundas y emocionales que conectan con la gente», explica Jorge.

Adrián, quien compuso la letra de su único tema propio hasta ahora, insiste en la importancia de la música como herramienta de cambio: «Es algo que te libera, te distrae y te hace sentir. Por eso no lo dudamos cuando nos ofrecieron participar en el concierto».

La ilusión de crecer

Aunque reconocen que aún tienen mucho camino por recorrer, los integrantes de Seika ya se ven como algo más que una banda local. «Creemos en lo que hacemos y queremos crecer», asegura Manilo. Sin embargo, no pierden de vista sus raíces. Todos mencionan la influencia de sus familias, que de una forma u otra los llevaron hacia la música. Desde los vinilos de Queen y Eric Clapton en casa de Manilo, hasta las noches escuchando a Mago de Oz y Medina Azahara con la madre de Adrián, la música siempre ha sido parte de sus vidas.

Seika es más que una banda. Es la prueba de que con pasión y esfuerzo, incluso un grupo joven de un pequeño rincón de Galicia puede encontrar su lugar en el mundo de la música.

Este 6 de diciembre, el Teatro Lauro Olmo será testigo de ese sueño. Porque más allá del metal, lo que Seika quiere transmitir es la idea de que la música, como la vida, se construye con corazón.

Si desea escuchar la entrevista completa puede hacerlo aquí:

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