La novena al santo que comenzaría la semana entrante también queda cancelada
Una nota de los organizadores de las celebraciones a San Francisco Blanco, en Outarelo (O Barco de Valdeorras) llegada a nuestra redacción en la tarde de este domingo 24 de enero, comunica que se suspenden todos los actos programados.
«Hola a todos, con motivo de que en esta semana comenzarían las novenas, tuvimos una reunión con nuestro párroco D. Tomás y se decidió suspender todas las celebraciones del San Francisco este año. Lo primero es la salud y pensamos que es lo mejor, ya que la capilla es pequeña y por aforo no entraría mucha gente. Una pena, pero lo primero es la salud y que todos podamos disfrutarlo el año que viene»
La fiesta conmemora el aniversario del martirio de San Francisco Blanco, acaecido el 5 de febrero del año 1596. Desde 2017 se celebra el primer sábado del segundo mes del año debido a la poca afluencia de gente cuando coincidía a mitad de semana y que muchos de los fieles del santo no podían acudir a causa del trabajo.
Atrás quedaron los tiempos en que ir de romería a Outarelo para después de misa comer las roscas «pasadas» por el manto del santo para no tener dolores de cabeza. Así lo explicaba Aurelio Blanco Trincado, presidente del Instituto de Estudios Valdeorreses e integrante de la cofradía de San Francisco Blanco. “Antiguamente, y la gente de mi edad lo recordará, las faldas de la montaña se llenaban de colorido de las ropas de familias enteras que iban a comer al campo. Y por aquel entonces el tiempo nos lo permitía, porque hacía frío, pero siempre estaba soleado. Era tradicional, además, complementar la comida que se llevaba con el pulpo que allí vendía siempre algún pulpero. Ahora, la fiesta se celebra de otra manera, pero con el mismo espíritu y devoción», recordaba.
La fiesta sirve para reunir a los devotos del santo y luego comer un poco de pulpo o celebrar en la cantina. Este año no será así, Outarelo no tendrá quien bese la reliquia, una calavera, ni quien toque con las roscas al santo o pase por debajo de sus arcas hasta tres veces, como manda una tradición más cercana en el tiempo, para remediar los dolores de cabeza.
