La polimedicación, entendida como el consumo simultáneo de cinco o más fármacos de forma continuada, se ha vuelto un fenómeno común en personas mayores y pacientes con múltiples enfermedades crónicas. Fernando Hernández, médico de medicina interna en la Clínica Ponferrada Recoletas y en el Hospital Público de Valdeorras, explica que, aunque la prescripción de varios medicamentos es a veces necesaria y adecuada, representa un reto, especialmente en pacientes frágiles, que carecen de los recursos o facultades para manejar las complicaciones de tantos tratamientos.
«En términos clínicos, ponemos el límite en cinco fármacos tomados de forma continuada. Pero es frecuente que personas mayores presenten hasta un 35% de riesgo de efectos adversos, y esto depende también del nivel de dependencia y educativo de los pacientes», asegura Hernández. «Los pacientes con tres o más enfermedades crónicas o condiciones como la depresión son especialmente vulnerables a estos efectos».
El riesgo de las interacciones y las reacciones adversas
El doctor Hernández subraya que el principal peligro de la polimedicación son las interacciones entre fármacos. «Al tomar varios medicamentos a la vez, puede reducirse o aumentarse la efectividad de alguno, lo que ocurre con muchísima frecuencia», advierte. Según estudios recientes, hasta la mitad de los episodios de interacción adversa podrían prevenirse con un seguimiento adecuado. «Los efectos no deseados, o reacciones adversas, pueden ser muy molestos y a veces peligrosos para los pacientes», añade, explicando que una revisión periódica es clave para ajustar las dosis o retirar medicamentos que el paciente ya no necesita.
Hernández también destaca problemas derivados del abuso o inframedicación. A menudo, se prescribe una dosis inferior por temor a efectos secundarios o, al contrario, se mantiene la prescripción de fármacos innecesarios. «La adherencia a tantos medicamentos se reduce, los pacientes tienden a abandonarlos, y muchas veces dejan de tomar los que más necesitan».
Educación y seguimiento médico, fundamentales para evitar complicacionessolo
Para los pacientes polimedicados, llevar un registro de toda la medicación es fundamental, y Hernández recalca la importancia de una buena comunicación entre profesionales. «El médico de cabecera debe conocer los últimos cambios en el tratamiento y los especialistas que han atendido al paciente, y los pacientes deben informar de cualquier síntoma nuevo».
Asimismo, el médico destaca el papel del farmacéutico: «Los farmacéuticos pueden ayudar mucho, informando sobre cómo deben tomarse los medicamentos y previniendo interacciones. Además, existen servicios personalizados que preparan blísteres semanales para ayudar a los pacientes a seguir el tratamiento correctamente».
En último lugar, Hernández aconseja evitar la acumulación de fármacos en casa, ya que «guardarlos porque funcionaron alguna vez» puede ser peligroso. La medicación no usada o caducada debe llevarse a una farmacia para su correcta eliminación y tratamiento.
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