El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha vuelto a poner fecha al inicio de la A-76, la autovía llamada a conectar Ponferrada con Valdeorras. Según avanzó este jueves tras reunirse con el presidente de la Diputación de León, Gerardo Álvarez Courel, el Ministerio aprobará antes de que termine 2025 la licitación del tramo Villamartín de la Abadía–Requejo, con un presupuesto estimado de 126 millones de euros.
Sin embargo, la promesa suena familiar. Es la tercera vez en tres años que el Gobierno fija el mismo objetivo sin llegar a cumplirlo. Los plazos anteriores —finales de 2023 y de 2024— se anunciaron con idéntico tono de inminencia y acabaron quedando en papel. Por eso, entre los vecinos de Valdeorras y El Bierzo predomina más la cautela que la esperanza: han escuchado demasiadas veces que las máquinas están «a punto de llegar».
Este nuevo anuncio del ministro coincide, además, con una ofensiva política del Partido Popular. Los diputados populares por Ourense y León —Celso Delgado, Ana Vázquez, Rosa Quintana, Ester Muñoz y Silvia Franco— registraron este mismo jueves una pregunta parlamentaria para denunciar lo que califican como «incumplimientos sistemáticos» del Gobierno en torno a la A-76.
En su iniciativa, los parlamentarios reclaman que se respete de una vez el compromiso de licitar el tramo Villamartín–Requejo antes de fin de año y acusan al Ministerio de «falta de transparencia, desidia y un patente desprecio hacia los vecinos» de las comarcas afectadas, que continúan dependiendo de la vieja N-120 pese a su deficiente estado.
El resto de los tramos que afectan directamente a Valdeorras siguen sin avances visibles. El A Veiga de Cascallá–O Barco de Valdeorras, de 8,5 kilómetros, tiene el proyecto redactado pero continúa pendiente de licitación. Los que conectan O Barco, A Rúa y Monforte disponen de estudios aprobados o declaración de impacto ambiental, aunque sin fechas definidas para su contratación ni inicio de obras.
Así, mientras el ministro asegura que 2025 será el año en que la A-76 empiece a hacerse realidad, en Valdeorras y El Bierzo el anuncio se recibe con un escepticismo comprensible: el calendario de promesas incumplidas ya se extiende demasiado.
