El CD Rúa consiguió en los penaltis el pase a la siguiente ronda de la XLII Copa Deputación en un partido que estuvo marcado por una constante riña en la que se vieron involucrados aficionados y jugadores. Comenzó durante la primera parte del encuentro que enfrentaba a los amarillos contra el Covadonga ourensano y que transcurría con aparente normalidad.
Fue así hasta que, según testigos presenciales, un aficionado local le recriminó a un sector de los seguidores del Covadonga –que se desplazaron en gran número al Vicente Solarat– que cesase los continuos insultos que estaban profiriendo hacia el cuerpo técnico del Rúa. En ese momento, un aficionado visitante propinó una patada al seguidor del Rúa que le había llamado la atención.
A partir de ahí se acabó la tranquilidad. El partido estuvo varios minutos parado y fue necesaria la intervención de un agente de la Policía Local para intentar calmar a los aficionados del Covadonga. De esta forma, el partido pudo llegar al descanso.
Cuando iba a comenzar la segunda parte, un nuevo altercado retrasó la reanudación. Un grupo de aficionados del equipo visitante comenzaron a llamar “chivatos de mierda” a dos seguidores del Rúa al considerar que estos habían solicitado la presencia de los agentes de la Benemérita, algo que negaron.
Y, como era de esperar, la tensión se trasladó al campo. Los presentes en el Vicente Solarat perdieron la cuenta de la cantidad de tarjetas que se vio obligado a enseñar el colegiado. Paradójicamente, el único expulsado fue un jugador del Rúa por segunda amarilla; pero el futbolista aseguró que no había sido amonestado previamente y achacó su expulsión a un error del trencilla a la hora de anotar el cartón.
En lo estrictamente deportivo, cabe destacar que el Rúa había conseguido ponerse 2-0. El primer gol fue después de un regalo de la defensa del Covadonga y el segundo gracias a un balón largo que recogió Samu para dejárselo a Bruno, que corría desde atrás e introdujo el cuero en la red.
Pero el AD Covadonga consiguió el empate y, con 2-2 en el marcador, la eliminatoria debía resolverse desde los 11 metros. Sin embargo, mientras los dos equipos elegían a sus lanzadores, comenzó una nueva discusión –esta vez entre un jugador del Covadonga y aficionados locales– que acabó con una estampa lamentable: otra acalorada tangana sobre el verde y aficionados ourensanos saltando al terreno de juego.
Pasados unos minutos, los jugadores de uno y otro equipo y el colegiado se retiraron a los vestuarios, siempre ante la mirada atenta de los agentes de la Guardia Civil y Policía Local. Cuando las aguas parecían calmadas se retomó, esta vez sí, el partido.
Antes, se optó por desplazar a los aficionados de los dos equipos a la zona de entrada al campo, lejos de la portería situada en el lado del embalse, donde se tiraron los penaltis.
Los dos equipos fueron lanzando desde los once metros, con fallos y aciertos, y finalmente un tiro alto de un jugador del Covadonga dio la victoria al CD Rúa, que avanza a octavos de final.
El partido comenzó a las 16:15 horas y se prolongó hasta casi las 19 horas, cuando el sol había desaparecido ya del cielo de A Rúa. El fútbol pasó por muchos momentos a segundo plano y la tensión, a partir de la primera discusión, fue constante.
