viernes. 30.05.2025

Arte y recuerdo: A Rúa celebra la memoria de Lilí en la Fiesta del Codillo

Su amigo y compañero de estudios, Luis, recuerda con emoción su generosidad, su desbordante talento y su pasión por compartir arte y vida
somoscomarca_petin_marco_lili_20232708

El próximo 25 de enero, en la Fiesta del Codillo de A Rúa, se rendirá homenaje a José Luis Prieto «Lilí», el pintor originario de Santa Cruz (O Bolo) que dejó su huella artística en múltiples rincones de la localidad. Su fallecimiento el 23 de febrero de 2024 dejó un vacío difícil de llenar, pero su legado sigue vivo en cada pincelada, en cada detalle de sus obras repartidas por bares, fachadas y espacios emblemáticos de la comarca.

Luis, su amigo y compañero de muchas jornadas en el estudio, lo recuerda como un hombre noble, generoso y con un talento desbordante. «Era un artista, pero también un maestro. No se guardaba nada, siempre compartía su conocimiento, te daba vidilla. Aprendí de él en diez años lo que no habría aprendido en toda una vida», cuenta emocionado.

Lilí no solo pintaba, también cocinaba con el mismo mimo con el que aplicaba los colores en sus murales. «Cocinaba tremendo, una maravilla. Aquí en el estudio teníamos una cocinita y pasábamos horas hablando, compartiendo, creando. Todo con calma, sin agobios, porque él ya veía la obra terminada antes de empezarla», recuerda Luis.

Su creatividad no tenía límites. Diseñaba muebles, restauraba piezas, decoraba cabeceros de forja en minutos con una destreza inigualable. «Lo que otros tardaban días en hacer, él lo tenía listo en horas. No sé cómo lo conseguía, pero lo hacía». Y si una obra no le convencía del todo, la transformaba una y otra vez, buscando siempre la perfección.

Además de su faceta artística, Lilí tuvo una vida llena de experiencias. Estudió ingeniería industrial, diseñó plataformas petrolíferas y se movió en el mundo de la música y la noche madrileña. «Estuvo de gira con grupos, conoció a artistas como Pablo Carbonell… Tengo incluso alguna maqueta de su banda», cuenta Luis.

Pero más allá de sus murales y cuadros, lo que perdura es el recuerdo de los buenos momentos compartidos. «No hubo malos ratos con Lilí. Era comer, beber, cantar, tocar la guitarra… Hacíamos una fiesta de cualquier reunión. Siempre con su orden, siempre con su calma», dice su amigo.

Arte y recuerdo: A Rúa celebra la memoria de Lilí en la Fiesta del Codillo