
El consumo de pornografía en menores es una realidad que crece cada día por el acceso ilimitado que supone internet. Una ventana que «si no se controla y se educa, hay más probabilidad de caer en conductas de riesgo». Iria Fernández, psicóloga del Centro Resiliencia, avanzó que «en la correlación entre actitudes violentas en el sexo y el visionado de pornografía no hay resultados concluyentes».
Habló la psicóloga de estudios, no de opiniones, entre ellos el informe de Save the Children en donde «un 93,9% de la población adolescente que participó ve pornografía en la intimidad, y el 53,8% ha accedido por primera vez a estos contenidos antes de los 13 años». Expertos señalan que existe «una preocupación por la posible falta de capacidad de la adolescencia para ser crítica con la pornografía y para comprender que lo que ve es ficción».
En este aspecto incide Iria Fernández: «la educación y el hablar con nuestros hijos es clave, también en un sentido de prevención. De nada sirve prohibir que vean porno si no entienden qué es lo que ven». Muchos recordarán ese momento incómodo en el salón de casa cuando salía en la televisión un beso y algunos padres cambiaban de canal. «No hay que hacer eso, hay que explicar qué es y por qué».
Riesgos de la pornografía como única vía de aprendizaje
«La pornografía, a menudo, promueve ideas poco realistas sobre el sexo y la sexualidad. También puede promover mitos, como que los hombres son sexualmente persistentes y que las mujeres a veces dicen que no cuando quieren decir que sí, lo que podría contribuir potencialmente a la agresión sexual». Sin embargo, estos mismos mensajes problemáticos también aparecen en la televisión, en las películas y en la música convencional, por lo que este «no es un problema específico de la pornografía».
«Muchas veces vemos películas de ficción, fantasía, y se reconoce que es algo irreal, pero con el porno no pasa eso y se toma como algo más realista».
Pornografía y violencia sexual: ¿qué relación hay?
La ciencia lleva décadas tratando de averiguar cuál es la relación entre pornografía y violencia sexual. Los investigadores también señalan que la relación entre el consumo de pornografía que sí es violenta y la violencia sexual no es concluyente.
Otro estudio concluyó que existe una relación entre el uso de la pornografía y el comportamiento sexualmente agresivo. Pero, por otro lado, también señala que estos hallazgos son igualmente consistentes respecto a que «los hombres sexualmente agresivos busquen este tipo de contenidos pornográficos».
Como ejemplo, pensamos en un vídeo de ficción que muestra una violación. ¿El vídeo inspira a una persona a violar a alguien, o la persona, que ya es un violador, simplemente disfruta viendo representaciones de violaciones? «Hay muchos factores sociales que pueden vincularse con la violencia sexual y que van mucho más allá de la influencia que tendría la pornografía”.
Con todo, esto «no implica que no haya que cuestionar la pornografía, ya que determinados vídeos pueden reforzar ideas preconcebidas, por ejemplo, sobre el consentimiento».
Conclusión
Según Iria Fernández, «es absurdo querer prohibir el porno e, incluso, contraproducente». Para explicarlo, pone el ejemplo de Reino Unido «donde se intentó y el resultado fue que se buscaban canales alternativos, que son peores». Incide además en que «el trabajo previo es de educación sexual y, por supuesto, restringir el acceso a ciertos contenidos a determinadas edades».
Si quiere escuchar la entrevista completa puede acceder a este enlace de audio: